Tolosa baila con Sri Lanka

Sarath Abeygunawardana pertenece a la décima generación familiar, al menos hasta donde él conoce, que se dedica al arte de los títeres tradicionales de Sri Lanka. Un arte que suma más de 400 años de antigüedad y cuya tradición en esa isla asiática suma un repertorio de 17 historias que "se han mantenido iguales a lo largo del tiempo", explica en Tolosa, adonde ha acudido para participar por primera vez en su Festival Internacional de Marionetas. De hecho, es la primera vez que Sri Lanka está representada en el Titirijai, que baja mañana el telón tras diez días de actuaciones.

Esas historias, la mayoría dirigidas al público familiar, giran fundamentalmente en torno a los reyes, reinas, príncipes y princesas que conforman el puzzle de la historia de la antigua Ceilán, aunque algunas también hablan del budismo.

Es la primera vez que el festival cuenta con la presencia del país asiático

La Compañía del Museo del Arte Tradicional de la Marioneta, dirigida desde hace una década por Abeygunawardana, ha tenido que sortear la diferencia de idioma a la hora de preparar su espectáculo para Tolosa. Así que en vez de presentar una de esas 17 historias centenarias, ha preparado un montaje de siete danzas tradicionales con música en directo. Ya se pudo ver el domingo pasado en el Teatro Leidor y esta tarde (17.30) volverá a subir al mismo escenario.

"Cada danza tiene un significado. En la primera, por ejemplo, aparece la diosa de los artistas, y es una danza que usan todos los grupos de marionetas de Sri Lanka antes de empezar sus actuaciones", detalla Abeygunawardana. El público podrá disfrutar también de un baile ancestral al que se recurría -aún en la actualidad hay quien lo hace- cuando alguien enfermaba o padecía algún dolor. Otras danzas son una especie de "adoraciones a diferentes dioses" para pedirles "buena salud, un buen futuro, contraer matrimonio".

El caso es que este desfile de danzas permitirá a los espectadores conocer la tradición de los títeres de Sri Lanka. Son marionetas de hilos grandes -miden entre 77 centímetros y un metro-, se fabrican con una mezcla de madera y algodón y se presentan ataviadas con trajes de vivos colores.

"Este títere tradicional [no existe el contemporáneo en Sri Lanka] se está impulsando ahora gracias a compañías como la de Abeygunawardana. Casi todas son familiares y se han ido transmitiendo los trucos de la construcción y manejo de las marionetas de generación en generación", confirma Miguel Arreche, codirector del festival.

"De esta forma, quienes manejan los títeres también saben cómo fabricarlos o arreglarlos si se estropean", añade el director de la Compañía del Museo de Arte Tradicional de la Marioneta, afincada en Moragalla, provincia de Beruwala.

Como recoge su nombre, este grupo gestiona un pequeño museo de marionetas, que hace el papel también de una especie de academia, pues allí se enseña a los niños que así lo deseen a mover los títeres.

Junto a Sri Lanka, Tailandia también iba a participar por primera vez en el Titirijai, pero la crisis política vivida durante estos últimos días en ese país, que dejó bloqueados los dos aeropuertos de Bangkok, ha impedido que viajase hasta al localidad guipuzcoana la compañía invitada, Hobby Hut. El festival quería mostrar con estos dos nuevos países en su agenda sendas formas de entender el arte del títere: profundamente popular la primera y muy refinada la segunda.