Los gigantes del automóvil piden auxilio al Congreso de EE UU
GM, Ford y Chrysler reclaman 27.000 millones en ayudas
General Motors, Ford Motor y Chrysler van a necesitar más dinero del que pensaban para seguir en el negocio: 34.000 millones de dólares (26.900 millones de euros). Para conseguir esa inyección, presentaron nuevos planes de viabilidad en los que garantizan al Congreso de EE UU que usarán el dinero público para hacerse más pequeños, ecológicos y rentables.
Las firmas automovilísticas no quieren irse esta vez de Washington con las manos vacías, ni ridiculizadas como hace dos semanas. Y en un gesto simbólico, sus principales ejecutivos acuden al Capitolio conduciendo coches híbridos desde sus sedes en Michigan, en lugar de viajar en aviones corporativos. Hoy y mañana testificarán ante los legisladores para defender su causa.
Francia dará 1.000 euros por coche que se achatarre para comprar otro
El presidente electo de EE UU, Barack Obama, dejó claro ayer que cualquier asistencia pública al sector debe estar basada en "planes realistas" de viabilidad a largo plazo. Y sin entrar a opinar sobre las respectivas propuestas, cree que esta vez "parecen más serias" y que tienen en cuenta lo que esperan los legisladores.
El plan de General Motors es el más ambicioso. Para escapar de la bancarrota necesita hasta 18.000 millones, 4.000 de ellos antes de que acabe el mes. A cambio, plantea eliminar 31.000 empleos en los próximos tres años (casi un tercio de la plantilla), cerrar 11 de sus 48 plantas y romper los contratos con hasta 2.000 distribuidores de los 6.700 actuales.
Además, quiere vender las marcas Saturn y Saab, con lo que podría consolidar su gama de vehículos en 40 modelos, frente a los 60 actuales. Chrysler, por su parte, necesitaría unos 7.000 millones antes de fin de año. Pero su estrategia pasa por establecer "sinergias" con una de sus rivales, mediante fusión o alianza.
Ford está en mejor posición. Y aunque habla de que necesita 9.000 millones, sus ejecutivos no creen que vaya a tener que recurrir a esa línea de crédito. Su interés está más bien en acceder a los fondos del Departamento de Energía para desarrollar coches más eficientes. La compañía estudia desprenderse de Volvo.
Los tres prometen invertir más en nuevas tecnologías, con el objetivo de vender nuevos coches híbridos y eléctricos en 2010 y 2011. Y sus consejeros delegados se rebajarán sus millonarios sueldos a un dólar al año, aunque no las compensaciones ligadas a la evolución del negocio.
Las peticiones de respaldo público se suceden en los países avanzados. El Gobierno francés ha atendido la solicitud de los fabricantes del país y anunciará hoy un incentivo de 1.000 euros para quienes compren un coche nuevo y lleven el antiguo al desguace, según informó Le Monde. Por su parte, el Ejecutivo portugués aprobó ayer un programa de apoyo al sector valorado en 900 millones, 100 más de lo previsto en el plan español, aún por cerrar.
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