La hidra de las mil cabezas
El 'protocolo Garzón' contra la tortura debería ser adoptado de forma general
Uno de los 12 trabajos de Hércules -o Heracles, en su nombre griego- consistió en decapitar a la Hidra de 100 cabezas. Era hermana de Cerbero, el can mitológico que custodiaba la puerta de los infiernos, y encarnaba la figura de un dragón policéfalo que habitaba en los pantanos de Lerna de donde salía para destruir las cosechas y devorar el ganado. Lo extenuante del trabajo del héroe radicaba en que por cada cabeza que le cortaba a la Hidra, le crecían dos. Finalmente, Hércules consiguió concluir su tarea por el procedimiento de quemar las cabezas y los cuellos nada más cortarlas.
La tortura es una hidra no de cien, sino de mil cabezas, que cuando se cree erradicada reaparece de forma puntual. La semana pasada, la Audiencia de Barcelona condenó a tres mossos d'esquadra a seis años y siete meses de prisión por las torturas y las lesiones infligidas a un inmigrante rumano que fue confundido con un delincuente. Otros dos agentes fueron penados con dos años de cárcel por el trato degradante que dieron a la novia del inmigrante, que se encontraba embarazada.
Los 'comandos' de ETA detenidos siempre denuncian agresiones
Y la tortura fue uno de los aspectos examinados por el relator especial de las Naciones Unidas para la protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo, Martin Scheinin, que realizó una visita de ocho días a España, del 7 al 14 de mayo, invitado por el Gobierno español. El propósito de la visita fue verificar hechos y evaluar la ley en la lucha contra el terrorismo en España, incluyendo cuestiones relativas a la investigación, detención y juicio de sospechosos de terrorismo y los derechos de las víctimas. Tras su visita prepara un informe, que presentará al Consejo de los Derechos Humanos, órgano subsidiario de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Scheinin, que es finlandés, prestigioso profesor de Derecho Internacional y director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Abo Akademi, en Turku, ha emitido un informe preliminar, en el que, entre otras cosas, reconoce que España ha suscrito el imperativo de respetar los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo y considera que el activismo de España en este sentido es una "práctica ejemplar".
El relator agradeció las garantías de que España no lleva a cabo actividad alguna que viole los derechos humanos, aunque autoridades consulares y de inteligencia españolas estuvieron presentes en 2002 en los interrogatorios de varios detenidos en Guantánamo y la CIA utilizó varios aeropuertos españoles en el traslado de sospechosos de terrorismo.
En su informe preliminar, Scheinin hace un llamamiento a las autoridades españolas para que ejerzan mayor vigilancia en su compromiso de erradicar la tortura. Pero expresa su inquietud por las alegaciones de malos tratos que siguen formulando los sospechosos de terrorismo y que, a su entender, no resultan aclaradas de forma rápida y sistemática. El relator considera que esa situación deslegitima la lucha del Gobierno contra el terrorismo entre aquellos sectores que más necesitan convencerse de esa lucha.
Durante su visita, el relator fue informado de la puesta en marcha del llamado Protocolo Garzón, aplicable en casos en que el detenido está incomunicado. El protocolo comprende un sistema de supervisión mediante grabación de vídeo de los centros de detención policial y salas de interrogatorio, respetando la intimidad de los detenidos; el examen del arrestado por parte de un médico de su elección junto con el forense oficial, y la posibilidad de recibir visitas de familiares. Scheinin celebra estas medidas pero destaca que no se aplican sistemáticamente, sino sólo por tres de los seis jueces de la Audiencia Nacional (Garzón, Andreu y Pedraz) y no siempre desde la misma detención.
Por ello, propondrá erradicar la institución del régimen de incomunicación de los detenidos, medida que ya fue propuesta sin éxito, en 1996, por el Comité de Derechos Humanos, y, en 2003, por el Relator Especial contra la Tortura. Scheinin cree que fortalecería la credibilidad de las medidas antiterroristas y, al mismo tiempo, aseguraría que quienes sean falsamente acusados de malos tratos -ETA da instrucciones a sus comandos para que, sistemáticamente, denuncien haber sido torturados- queden libres de cargos.
No parece que, al menos en breve, el Gobierno vaya a modificar la ley para suprimir la incomunicación de los detenidos por terrorismo, pero ahora que los malos tratos ya no son generalizados, sino casos aislados, lo que no se entiende es que Interior no haya adoptado aún como propio el protocolo Garzón y lo aplique de forma general. "La violencia es el último recurso del incompetente", decía Isaac Asimov. Y, sin duda, la tortura, la marca del poco inteligente. A ver si entre todos los demás conseguimos destruir a la hidra.
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