Opositar, una oportunidad laboral
Ahora mismo, las administraciones públicas ofertan más de 23.000 plazas
Últimamente se habla mucho acerca de la cantidad de puestos de trabajo que están siendo devorados por la crisis económica. No en vano, durante el primer trimestre de 2009 ya se habrán perdido los empleos creados durante todo 2007 y la primera mitad de 2008, según estimaciones del último Indicador Laboral de Comunidades Autónomas Adecco (ILCA).
Frente a este adverso contexto macroeconómico, la entrada al mundo laboral por parte de los recién licenciados está más complicada que nunca. De ahí que pueda ser un buen momento para echar un vistazo a lo que está sucediendo en el ámbito público, donde las cosas están yendo de forma muy diferente. Ahora mismo, las administraciones públicas ofertan más de 23.000 plazas, muchas de las cuales todavía están pendientes de convocatoria.
Muchos estudiantes ponen en su currículo que han opositado La prueba potencia la madurez y la responsabilidad de los aspirantes
El Ministerio de Justicia, por ejemplo, ha convocado el mayor número de plazas de oposiciones desde 1999. En total, 5.382 nuevos puestos de trabajo, repartidos entre los cuerpos de Auxilio Judicial (1.662 plazas), Tramitación Procesal y Administrativa (2.333 plazas) y Gestión Procesal y Administrativa (1.387 plazas), según ha publicado recientemente el BOE.
Eso sí, el plazo de presentación de instancias en este ámbito finaliza el próximo 10 de diciembre. En la Comunidad de Madrid se ofertan un total de 1.813 plazas; en Cataluña, 4.798; en Valencia, 2.212, y en Andalucía, 365. Para contar con una información más detallada, lo más recomendable es acudir a los expertos.
Como el Centro de Estudios Adams, que lleva más de 50 años formando alumnos para obtener empleos por medio de las oposiciones públicas. Y lo cierto es que trabajo no le falta. Entre 2005 y 2007, el personal de los Gobiernos autonómicos creció el 5,4%, lo que supuso la contratación de 63.178 nuevos trabajadores públicos, según la Administración central. En muchos casos, "las nuevas incorporaciones sustituyeron a profesionales de más de 65 años, edad a partir de la cual los empleados pueden jubilarse voluntariamente", explica Jesús Pérez, consejero delegado de Adams.
Así, la tendencia de futuro es que cada vez más jóvenes de entre 16 y 23 años pongan su mirada en la Administración, que, mediante el Estatuto Básico del Empleado Público, pretende modernizar y mejorar las condiciones laborales de sus 2,5 millones de funcionarios. Entre otras ventajas, suele contar con horarios flexibles y mayor seguridad laboral: al firmar contratos vitalicios, los trabajadores públicos no pueden ser despedidos.
Además, la entrada en la Administración suele estar exenta de nepotismo. "Las oposiciones destacan por ser procesos selectivos en los que se mide el mérito, la capacidad y las competencias en igualdad de condiciones, sin discriminaciones sexistas ni favoritismos por apellido", explica Pérez.
En su opinión, "quienes superan unas oposiciones, para las que pueden llegar a estudiar durante dos años, demuestran mucha fuerza de voluntad y disciplina", dos cualidades muy valoradas en el ámbito de la empresa. "Aunque el aprobado siempre depende del candidato, les facilitamos todo este proceso, orientando sus estudios para optimizar sus esfuerzos", concluye.
En esta misma línea reflexiona Ángela de las Heras, jefa de estudios de oposiciones del Centro de Estudios Financieros (CEF), también con gran experiencia formando alumnos. A su juicio, "las oposiciones tienen que concebirse como una inversión en la que siempre se gana, tanto si se aprueban como si no". De hecho, "muchos estudiantes ponen en su currículo que han pasado por este proceso intensivo de estudio que, además de los conocimientos adquiridos, potencia la madurez y la responsabilidad".
Dado que la Administración central convoca nuevas plazas cada año -concretamente, durante el mes de febrero- y las autonomías lo hacen cada dos años, "los aspirantes a aprobar una oposición deben concebir su esfuerzo de forma abierta y flexible, detectando los diferentes empleos públicos a los que pueden optar estudiando un mismo temario", concluye De las Heras.
Éste es precisamente el caso de Esther García, de 33 años, quien recientemente ha superado tres oposiciones del ámbito judicial. Ahora mismo está pendiente de entrar a trabajar en la Comunidad de Madrid como empleada procesal, con un horario de 8.00 a 15.00 y un salario de unos 1.300 euros netos.
Eso sí, su historia, a diferencia de la del resto de opositores, tiene tintes épicos: después de licenciarse en Derecho, diplomarse en Trabajo Social y trabajar 10 años en una gestoría, a los 27 años decidió optar por un puesto público para tener más opciones de conciliar su vida personal, familiar y laboral. Con la supervisión de Adams, estudió nueve horas de lunes a viernes durante seis años; suspendió la primera convocatoria y tuvo la mala suerte de que la siguiente no salió hasta años más tarde. Eso sí, "el esfuerzo invertido ha valido muchísimo la pena, pues finalmente he conseguido lo que quería y lo voy a disfrutar el resto de mi vida", sonríe García. -
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