Contando historias
El Palau casi se llenó para recibir a Lambchop. Fue una visita insólita durante un festival de jazz justificada por esa buena entrada y por el calor del público. Además la propuesta del grupo de Nashville encaja en un Palau en el que los detalles pueden apreciarse en su totalidad. Y Lambchop es un grupo de detalles.
La banda gira alrededor de la voz y de la presencia escénica de Kurt Wagner. La suya es una voz profunda y seductora, de las que matizan cada frase hasta hacerla creíble. Wagner, deudor del más lúgubre Leonard Cohen, explica historias que calan hondo, rodeado de un mínimo entramado instrumental. Y son esas historias las que llenan por sí solas toda la propuesta. En realidad, Lambchop es Wagner, lo demás es superfluo, y el cantante y guitarrista podría actuar en solitario con el mismo o similar impacto.
Lambchop
Palau de la Música, 25 de noviembre.
Fue un concierto intenso y bello que sólo adoleció de cierta monotonía en el tratamiento de las canciones, monotonía que la fuerza comunicativa de Wagner supo doblegar en todo momento.