La familia Portabella adquiere una antigua sede de Planeta
General Electric vende el edificio por 29 millones

La familia Portabella, accionista de Danone España, ha adquirido a través de su sociedad Anpora Inmuebles el edificio 273-279 de la calle de Còrsega de Barcelona, una de las antiguas sedes del grupo editor Planeta. En plena época de sequía y de escasas alegrías inmobiliarias, de nuevo ha sido una sociedad familiar la que se ha atrevido a lanzarse al mercado inmobiliario. El brazo inmobiliario de General Electric, GE Real Estate, se ha desprendido del edificio por 29 millones de euros, según fuentes del sector.
Éste es el segundo edificio que compra este año Anpora, cuyo presidente es Eduardo Portabella. En mayo ya lideró la adquisición de la sede de Danone en la calle de Buenos Aires por un importe que el sector sitúa en alrededor de 50 millones de euros. Entonces, la compañía de alimentación se desprendió de su sede para quedarse en ella de alquiler.
El edificio de la calle de Còrsega fue una de las sedes de Planeta. La familia Lara lo vendió a Landscape, la antigua filial inmobiliaria de Banc Sabadell, que fue engullida por la valenciana Astroc (ahora Afirma). En enero de 2007, GE Real Estate entraba en el mercado barcelonés con la compra de 24 edificios de oficinas por 650 millones de euros. Entre ellos, estaba el de la calle de Còrsega, que ya no ocupaba Planeta, sino la Diputación de Barcelona, que tiene allí parte de sus servicios centrales.
La operación entre GE Real Estate y los Portabella ha sido intermediada por las consultoras Cushman & Wakefield y Savills. Fuentes de la última consultora explicaron que se trata de un edificio de 6.000 metros cuadrados y 39 plazas de aparcamiento. El inmueble está a una manzana del paseo de Gràcia y la Diagonal, la zona de Barcelona con los alquileres más caros.
El director del área de oficinas de Savills, Eusebi Carles, explicó que los inversores privados, y en concreto las sociedades familiares, son las más activas ahora en el mercado, puesto que los fondos alemanes han echado el freno. Esto ha dejado la puerta abierta a las family offices, que tienen recursos propios y no deben acudir al endeudamiento para comprar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Asesinado a balazos un exinspector de la Fiscalía de Sinaloa en Culiacán
Trump exagera en un discurso a la nación los logros de su primer año y culpa a Biden de la marcha de la economía
La Cámara de Representantes rechaza dos propuestas para impedir a Trump lanzar un ataque unilateral contra Venezuela
Los campesinos amagan con revivir las protestas en México por los precios de las cosechas
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”
- Carlos Alcaraz y Ferrero rompen tras siete años: “Llegan tiempos de cambio para los dos”




























































