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Reportaje:Signos

La canción planetaria

El guitarrista Nono García mezcla jazz, tanguillos y 'bossa' en un disco

Una visión nocturna del mar ilustra la nueva grabación del guitarrista Nono García. La elección no es en ningún momento aleatoria. El mar es punto de partida y de retorno para él, una suerte de Ítaca particular a la que ha regresado tras una odisea vital que le ha llevado -partiendo de Barbate, en Cádiz, donde nació en 1959- por Granada, Bruselas y Madrid para arribar de nuevo a la costa atlántica, lugar en el que decidió instalarse hace un par de años.

Partiendo del flamenco, Nono García ha tratado de labrarse un camino propio mirando con respeto al jazz, al blues o a la música brasileña. Empujado por una curiosidad innata, y con la certeza de que existe un lenguaje común entre muchas músicas populares, el guitarrista aplica el principio de Heráclito: "La vida es un río, y mi forma de materializarlo es a través de la música".

El concepto se plasma como nunca hasta ahora en su nueva grabación, Al filo de la medianoche (18 Chulos Records), donde reúne una selección de temas que son muestra de lo que él denomina "la canción planetaria". En ella conviven viejos standards del jazz, como Caravan, de Ellington, o Round about Midnight, de Monk, junto a canciones populares del calibre del tanguillo gaditano Los duros antiguos o el himno Asturias, patria querida, que de forma sorprendente se convierte en una aterciopelada balada jazzística.

En el disco también se encuentran versiones del clásico de Michel Legrand The windmills of your mind, convertido en El molino de mi amor gracias a una de Javier Krahe que canta Carmen París, o Chega de saudade, de Jobim-de Moraes, que llega al público en la voz de Gladston Galliza, pero con un taconeo de fondo del bailaor David Morales.

El cantante brasileño también interpreta una de las tres composiciones de García en la grabación, Conil, belleza singular, en clave de bossa y en la misma línea naïf de la canción que dio nombre a la anterior grabación. Las otras creaciones de Nono García para el disco son Bluesguillo y Canaster, un anglicismo con el que ha dado nombre a un instrumental que remite a los tangos canasteros de Camarón. Instrumental es también el homenaje a Manzanita que llega con Verde, que te quiero verde.

Para poner en pie un proyecto tan diverso, Nono García dice haberse rodeado de "los mejores del mundo". El trompetista Jerry González, el saxofonista Bob Sands, los contrabajistas Pablo Martín y Javier Colina, Jorge Pardo en la flauta, Guillermo McGill en la batería, y, por supuesto, dos viejos colegas gaditanos, el pianista Chano Domínguez y el guitarrista también de Barbate, Tito Alcedo, que se encuentran, cómo no, en la interpretación de unos salobres Duros antiguos. No se puede olvidar a la cantaora Eva Durán, que pone un deje flamenco a los citados standards del jazz, además de entregar una sutil y templada versión de Te recuerdo Amanda, de Victor Jara.

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