Bono anula el homenaje a sor Maravillas ante la revuelta del Grupo Socialista
El presidente del Congreso desiste de instalar la placa que le enfrentó con su partido
El enfrentamiento con su propio partido, el PSOE, le ha resultado insostenible a José Bono y, por eso, el presidente del Congreso ha rectificado y anulado el homenaje a sor Maravillas Pidal y Chico de Guzmán, consistente en colocar una placa con su nombre en un lugar del Congreso que fue vivienda de la santa a finales del siglo XIX. Esta religiosa, canonizada por Juan Pablo II, sufrió persecución durante la Guerra Civil, salió indemne y vivió hasta 1974. Pero cuando el presidente José Bono propuso ayer la suspensión del acuerdo, los miembros de la Mesa le apoyaron en la marcha atrás. Cuando se tomó la decisión, el pasado 4 de noviembre, la vicepresidenta primera, la socialista Teresa Cunillera, se ausentó para no enfrentarse con el presidente, no sin advertirle en privado que el asunto iba a ser conflictivo y que el Grupo Socialista no iba a aceptarlo. Y así fue, con lo que este episodio deja el primer enfrentamiento entre el presidente del Congreso y el grupo parlamentario al que pertenece.
La Mesa decidió por unanimidad que no se honre a la monja
Los acontecimientos, no obstante, han propicado que el conflicto se resolviera antes de lo previsto. La excusa formal con la que Bono ha podido salir del entuerto se basa en una interpretación del acuerdo de la Mesa del 4 de noviembre. Una nota emitida ayer por la presidencia señala que el acuerdo estaba condicionado "a la unanimidad" de los grupos. Como no la hay, "el acuerdo de la Mesa pierde su significación originaria", dice la nota. En fuentes de este órgano se matiza esta razón y se sitúa la necesidad de la unanimidad en el texto que figuraría en la placa, y no en el acuerdo en sí mismo.
Pero ningún grupo ni portavoz quiso rebuscar más en la peripecia de este homenaje frustrado, propuesto por el vicepresidente tercero, del PP, Jorge Fernández Díaz, miembro del Opus Dei. No hubo entusiasmo en la aceptación ni tampoco en la revocación.
A primera hora de la mañana, Bono convocó de urgencia a la Mesa del Congreso y esgrimió las razones citadas de ausencia de consenso para retirar la propuesta. El proponente, Jorge Fernández Díaz, lamentó, eso sí, que su propuesta de homenaje a sor Maravillas se frustrara por la oposición de algunos grupos. Desde luego, IU-ICV y ERC pero, sobre todo, el PSOE. No obstante, el presidente del Congreso quiso dejar claro ante la Mesa que él es del PSOE y lo será siempre. "Que nadie se engañe, yo soy de los míos", aseguran que dijo asistentes a esta reunión. Esta aclaración pone aún más de manifiesto que el conflicto con su grupo, el mayoritario del Congreso, es la causa absoluta de la rectificación.
Todo sucedió anteayer. Primero, la sublevación del Grupo Socialista, en contra del homenaje, expresada en la reunión interna, en la que el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, se comprometió a tratar de impedirlo. Y, por último, unos comentarios de Bono, captados por las cámaras de las televisiones. En tono de broma comentó a tres diputados del PP que en esta historia hay "una santa y algún malo" y, "los hijos de puta del partido propio".
Una vez que trascendió, Bono aseguró que no quería ofender a nadie y menos a su partido. Y se retiró a su domicilio muy afectado, según personas de su entorno, con la idea de parar el homenaje. Ayer muy temprano convocó a la Mesa para anunciar la revocación de la decisión del 4 de noviembre. Los autores de un recurso contra la decisión de la Mesa, IU-ICV y ERC, se congratularon de la decisión. Joan Ridao, de ERC, señaló que, "una vez reconocido el pecado, ahora queda que se haga propósito de la enmienda". Otro de los autores del recurso, Gaspar Llamazares, señaló que siempre quedará la duda de si Bono había considerado alguno de los elementos del recurso o en él sólo había influido el conflicto con su grupo. Y su grupo se relajó aunque quedó algún rescoldo. El presidente de la Comisión Constitucional, Alfonso Guerra, señaló que el planteamiento del homenaje fue una "decisión horrorosa". Los socialistas consultados no parecían afectados por las palabras malsonantes de Bono al entender que eran jocosas. "Con un Ave María, se resuelve", le recomendó el diputado Juan Barranco.
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