Touriño anunciará la fecha electoral tras la aprobación de los Presupuestos

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, anunciará el adelanto de las elecciones autonómicas inmediatamente después de que el Parlamento apruebe el proyecto de Presupuestos de 2009 en el pleno del 17 de diciembre. "La hoja de ruta la tengo clara, pero la decisión concreta sobre la fecha aún no la he tomado", explicó el propio Touriño a preguntas de este diario.

La "hoja de ruta" del presidente da por terminada la legislatura con la aprobación de los Presupuestos del año próximo, las cuentas públicas con las que el Gobierno tiene que hacer frente a la crisis y confirma que Touriño mantiene su decisión de evitar que las elecciones se celebren en junio, coincidiendo con las europeas, para que Galicia pueda conservar su propio espacio político y evitar que los comicios se vean condicionados por el debate político estatal. Del mismo modo, la prioridad del presidente sigue siendo alejar lo más posible las elecciones gallegas de las vascas, que los partidos de Euskadi se preparan para celebrar a finales de marzo o comienzos de abril.

A partir de ese análisis, fuentes próximas al presidente confirman que las fechas que baraja Touriño se sitúan entre el 15 de febrero y el 15 de marzo. La celebración, el 24 de febrero, del martes de carnaval, complica la decisión del presidente. Si las elecciones se celebran el 1 o el 8 de marzo la campaña electoral coincidirá con los carnavales, pero si se demoran hasta el 15 de marzo será muy difícil evitar que el peso informativo de las elecciones vascas acabe imponiéndose sobre los comicios gallegos. Las demás opciones (15 o 22 de febrero) obligarían a Touriño a disolver el Parlamento en los últimos días de diciembre.

El calendario del Parlamento prevé la celebración de la última sesión plenaria del año para el 18 de octubre. Es en ese momento cuando el presidente tiene intención de anunciar su decisión de anticipar las elecciones, aunque la aprobación del decreto de disolución de la Cámara (previa comunicación al Consello) dependerá de la fecha elegida, porque la ley le obliga a hacerlo entre 54 y 60 días antes de la cita con las urnas.

Si Touriño elige el 15 de febrero, deberá firmar la convocatoria entre el 18 y el 21 de diciembre. Si escoge el 1 de marzo, la disolución del Parlamento tendrá lugar entre el 31 de diciembre y el 4 de enero, pero si prefiere el 8 de marzo deberá rubricar el decreto entre el 7 y el 11 de enero, en ambos casos ya en plenas vacaciones parlamentarias.

Fuentes socialistas descartan que la fecha definitiva pueda verse condicionada por la evolución de la crisis, porque, con la única excepción del paro, confían en que la mayoría de los indicadores (tipos de interés, diferencial de crecimiento, IPC y precio de los combustibles) habrán evolucionado positivamente.

Diseño de estrategia

Sea cual sea la fecha que acabe eligiendo el presidente, la maquinaria electoral socialista ya está en marcha. El propio Touriño se reunió el lunes en la sede del PSdeG con el vicesecretario nacional, José Blanco, y los máximos responsables del partido en Galicia para comenzar el diseño estratégico de la campaña. Fuentes del partido confirmaron que, a partir de este momento, los equipos de las sedes de Ferraz (Madrid) y O Pino (Santiago) van a trabajar conjuntamente y que la presencia de Blanco se hará habitual.

A instancias de sus colaboradores y de la práctica totalidad de los dirigentes socialistas, incluido el vicesecretario José Blanco, el presidente de la Xunta llegó a considerar el pasado verano la posibilidad de adelantar a octubre las elecciones, pero él mismo zanjó el debate el 28 de agosto en una rueda de prensa en la que fundamentó su decisión de no hacerlo en que el contrato que firmó con los ciudadanos no expira hasta 2009. En vez de acudir a las urnas, explicó aquel día, la prioridad era afrontar "una situación económica difícil".

Touriño se autoimpuso entonces la única condición de utilizar su derecho a convocar elecciones sólo "cuando le convenga a Galicia" y siempre en función de los intereses de los gallegos.