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Reportaje:Dinero & inversiones | Bolsa

El Ibex 35 no remonta el vuelo

La recesión está más cerca y amenaza con ser duradera

Los mercados de valores terminan esta semana en negativo como consecuencia del renovado ímpetu del enfriamiento económico.

El Ibex 35 cierra estas sesiones con una caída del 5,47% y ligeramente por encima de los 8.800 puntos, aunque en los peores momentos llegó a rozar los 8.600.

La entrada en recesión de la economía de la eurozona quedó oficialmente establecida el pasado viernes, cuando se publicó el dato del PIB del tercer trimestre, que fue el segundo consecutivo en negativo. El dato era esperado, al igual que el del PIB español, que fue negativo por vez primera en quince años y que deja la puerta abierta a una fase de incertidumbre de cuya amplitud va a depender el futuro inmediato de los mercados.

Los inversores se encuentran bastante confusos ante la coyuntura, hasta el punto de que el discurso del presidente de Estados Unidos en defensa de la libertad de mercado en vísperas de la cumbre de Washington permitió un importante respiro a la Bolsa de Nueva York, que casi subió el 7% ante esa inyección de tranquilidad.

En el entorno doméstico destacó la ampliación sorpresa del Banco Santander que, casi en un suspiro, ha pasado de no necesitar capitalizarse a venirle muy bien mejorar su ratio de solvencia. En un mercado tan revuelto como el actual, las sorpresas no son bien recibidas y las acciones del Santander han terminado esta semana descontando el precio del cupón y un 16,18% adicional, en total, el 21,70%. Analistas e inversores han tenido muy en cuenta la dilución del pay out, la parte del beneficio destinada a dividendos, a la hora de adoptar decisiones, aunque el banco ha señalado que va a mantener la cifra en el 50%. Como es lógico, si el principal banco del mercado español tiene algunos problemas en el mercado, el resto del grupo no puede ser menos, aunque al final de la semana la mayoría corrigió parte de las pérdidas.

En una situación totalmente diferente estuvo Iberdrola, cuyo recurso al mercado se hizo mediante una emisión de bonos más del gusto de los inversores que, en estos momentos, prefieren colocar su dinero en activos que parecen ofrecer más tranquilidad en momentos de tanta agitación.

En cuanto a la posible evolución del mercado a corto plazo, los inversores continúan haciendo gala de la mayor prudencia, lo que quiere decir que se limitan a apuntar algunas posibilidades, pero sin tomar partido por ninguna de ellas.

La pregunta clave para los inversores es si las cotizaciones ya han descontado, al menos, una buena parte de la recesión, sobre todo ahora que parece que la crisis financiera cuenta con suficientes recursos para solucionarse en gran parte. Por el momento, lo único que se sabe de la recesión es que puede durar todo el año próximo, según la mayoría de las previsiones, lo que tampoco ayuda mucho.

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