La dueña de los petrodólares
Amanda Staveley rechazó casarse con Andrés de Inglaterra para representar a los jeques del Golfo
Amanda Staveley sería conocida hoy como la segunda duquesa de York de no haber rechazado una propuesta matrimonial del príncipe Andrés. Un lustro después, a sus 35 años, se la conoce como la chica de los petrodólares en el mundillo de los negocios británicos, gracias a su papel clave como intermediaria en el desembarco de los jeques del Golfo en las islas.
La consultoría que dirige Staveley (PCP Capital Partners) se embolsaba a principios de mes 40 millones de libras por negociar la participación de la familia real de Abu Dabi en la ampliación de capital del banco británico Barclays. Celebró aquel acuerdo en un lujoso club nocturno de Mayfair, al igual que hiciera dos meses atrás, después de que su jefe, el jeque Manssur Bin Zayed al Nahyan, cerrara la compra del Manchester City. Ella fue el cerebro de esta última operación, que procuró al club inglés la inyección económica necesaria para comprar el traspaso de Robinho desde el Madrid.
Hija de un terrateniente de Yorkshire, Staveley se decantó por los estudios de lenguas modernas en la Universidad de Cambridge, que combinó con esporádicos trabajos como modelo. En los años sucesivos supo suplir su falta de formación en los secretos de las finanzas con una gran habilidad a la hora de cultivar las relaciones sociales. Sólo tenía 22 años cuando convenció a un amigo banquero para que le concediera un préstamo con el que levantó un restaurante, Stocks, en las cercanías del selecto club hípico de Newbury. Su interés apuntaba a la selecta clientela potencial, la élite ecuestre plagada de multimillonarios árabes, entre ellos el jeque Manssur, con quien trabó una duradera amistad. Amplió su radio empresarial con una creciente cartera de inversiones, a la par que frecuentaba los selectos círculos de Newbury y de Ascot, tan queridos de los miembros de las monarquías de los emiratos del Golfo. Su primer encuentro con el segundo hijo de la reina Isabel II se saldó con una invitación a cenar aquel mismo día. Staveley se convirtió desde entonces en una asidua del palacio de Buckingham, que frecuentó hasta su ruptura definitiva con Andrés, en 2003. Ambos han mantenido la amistad.
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