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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Avisos a diestra y siniestra

Enric Company

Existe una tradición de apoyo mutuo entre Unió Democràtica de Catalunya (UDC), el segundo partido de la federación de CiU, y el PSC que, inevitablemente, se convierte en motivo de inquietud para Convergència Democràtica (CDC). El desasosiego procede de que con estos encuentros se proyecta la imagen de que existe un liderazgo alternativo al de Artur Mas en la federación del centro-derecha nacionalista.

La reunión de ayer en la sede de Unió no es una excepción. Cuando el socialista Pasqual Maragall era el jefe de la oposición también se reunía alguna vez con Josep Antoni Duran Lleida, que ya era el líder del segundo partido de la coalición entonces gobernante en Cataluña bajo el liderazgo de Jordi Pujol.

En aquellas circunstancias, el encuentro era un guiño de Duran a Maragall, a quien daba un relieve que Pujol le negaba siempre que podía. Ahora los papeles están intercambiados, es un guiño del primer secretario del PSC y presidente de la Generalitat a Duran. Si Jordi Pujol podía mostrarse relativamente indiferente a las andanzas de Duran como dirigente de Unió, está claro que Artur Mas no se halla en una posición tan sólida. Artur Mas está realizando el que ya es su tercer intento de alcanzar la presidencia de la Generalitat.

Lo que en este caso incrementa un punto el interés por la reunión es el hecho de que Montilla se reúna con Duran pocos días después de que el líder democristiano mostrara su predisposición a formar una alianza de gobierno con los socialistas en Cataluña, la sociovergencia. Todo el mundo político catalán sabe que también el líder del PSOE y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es partidario de esta fórmula. Y que si cuajara en Cataluña, muy probablemente se daría también en las Cortes.

En consecuencia, el guiño de Montilla a Duran es también un gesto que los aliados del PSC en Cataluña no pueden ignorar. Y menos en un momento en que están en el alero asuntos como una ley de educación que CiU intenta convertir en factor de ruptura del tripartito de izquierdas.

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