_
_
_
_

Chaves manda a Arenas al psicólogo

Presidente y jefe de la oposición vuelven a enzarzarse en el Parlamento

Manuel Chaves ha cogido carrerilla. Si en un primer momento, cuando retomó los duelos parlamentarios con Javier Arenas después de un paréntesis de 12 años, se mostró algo confuso y dubitativo ante los chispeantes embates de su rival, en los últimos encuentros es él quien pone las banderillas, quien cita a matar y da la estocada final. En la sesión de control al Gobierno de ayer -una especie de segundo capítulo del debate de presupuestos de la víspera-, el presidente de la Junta recomendó al jefe de la oposición que acuda al psicólogo, le describió como un señorito que sale a cazar montado en su caballo, le acusó de enfangar la política y sugirió en varias ocasiones que no tiene vergüenza.

Arenas: "No ha tenido la gallardía de defender usted el presupuesto"
Chaves: "Se monta en su caballo, otea el horizonte y dispara a lo que se mueve"

El debate de fondo era la crisis económica, el tema omnipresente desde que comenzó el curso parlamentario. Arenas había aprovechado la pregunta del izquierdista Diego Valderas -quien le precedió en el turno e interpeló sobre el paro- para apuntalar sus argumentos: la Junta se muestra impasible ante la recesión, no hace nada, no ejecuta los presupuestos, y tiene un exceso de tesorería mientras se endeuda y no paga a los proveedores. También miente al vaticinar que en 2009 se destruirán 54.000 empleos cuando este año ya se han deshecho 100.000. Miente la Junta y también Chaves, además de no tener "agallas ni gallardía para dar la cara" y defender él mismo el presupuesto, en lugar del vicepresidente económico, José Antonio Griñán, que fue quien condujo el debate.

Y aquí vino la primera andanada del socialista: "Un presidente que no da la cara difícilmente puede obtener la confianza que yo he obtenido estos años. Frente a usted, siempre he dado la cara y siempre le he ganado. Si usted se considera mi bestia negra, ése no es mi problema, es el suyo, resuélvalo usted y si quiere vaya al psicólogo". El presidente se refería a una entrevista del líder del PP a este periódico en la que decía que "había sido para Chaves una especie de bestia negra".

Ante las protestas de la bancada popular y el comentario de Arenas desde su escaño respecto a que su actitud era "una vergüenza", el socialista interrumpió sus palabras y remató: "Vergüenza la suya, que no sé si es mucha o es poca, pero la suya". Manuel Chaves -quien recurrió a la misma fórmula cada vez que Javier Arenas decía "¡qué vergüenza!" fuera de turno- tiró de comparaciones para explicar que antes y ahora los jefes de la oposición han debatido con los ministros de Economía los presupuestos: "Rodríguez Zapatero lo hizo con Rodrigo Rato, y Mariano Rajoy lo ha hecho con Pedro Solbes, es lo lógico".

El socialista hiló la forma de oposición de Rajoy frente a la crisis con la estrategia del líder del PP andaluz, y preparó la segunda embestida: "Usted, sin embargo, como si estuviera en su Olvera natal, se sube al caballo, otea el horizonte, coge la escopeta y se pone a disparar a todo lo que se mueve". En esta ocasión Javier Arenas se llevó literalmente las manos a la cabeza.

Mientras los rumores del salón de plenos se tornaron en vocinglería, el presidente pasó a la tercera de las arremetidas, en respuesta al hiriente dardo sobre la falta de austeridad que exhibe en tiempos de crisis por la "obra faraónica" de rehabilitación del Palacio de San Telmo, antigua residencia de los Duques de Mompensier, luego seminario metropolitano y actualmente sede de la presidencia de la Junta.

El diputado y portavoz municipal de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, había caldeado el ambiente en una pregunta a José Antonio Griñán, al hablar de "lujo y ostentación", y "actitud egoísta" del presidente, que se "está arreglando su mansión". Para Chaves este asunto es una espina que supura desde hace 15 años, cuando el PP, entonces ya con Arenas a la cabeza, se la clavó al sustentar su táctica de ataque al Gobierno en la tesis de que Chaves quería para su uso personal la Casa Sundheim, primero (ahora sede de Medio Ambiente), y San Telmo, después.

"Siempre recurre al tema de San Telmo, en 1992, en 1994, haya crisis o no haya crisis. Dice que nunca usará esa residencia, y estoy de acuerdo, pero por razones distintas de las que usted alega [nunca llegará a la presidencia de la Junta]. No veo yo a Rajoy preguntándole a Zapatero por Moncloa. Podríamos hablar de residencias oficiales, incluida la suya cuando fue ministro de Trabajo, pero no quiero enfangar el debate político porque eso es lo que usted hace y lo único que sabe hacer". Y se sentó.

ALEJANDRO RUESGA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_