"Esta situación es la mejor para normalizar la ordenación del territorio"
Pregunta. La Comunidad Valenciana apenas tiene vivienda protegida y encima les ha pillado la crisis. ¿Qué piensan hacer para promoverla?
Respuesta. En poco tiempo la situación ha cambiado mucho. En septiembre empezamos a analizar de una manera cruda la problemática sobre este tipo de vivienda. Entonces la crisis no estaba todavía en el mercado. Después de reunirnos con alcaldes, etc., vimos que no se hacían casas por falta de suelo, así que hemos dedicado todo nuestro esfuerzo a conseguirlo. En esa línea pactamos con ayuntamientos y oposición un paquete de medidas, pero el desplome financiero nos pilló. Hoy el problema no es tanto de suelo como de financiación.
P. El Gobierno anuncia facilidades a los parados para el pago de su hipoteca y otras autonomías barajan medidas similares. ¿Qué hará el Consell?
"Los proyectos de Cullera y Catarroja están aprobados definitivamente"
"Parte del 'stock' de viviendas puede formar parte del mercado protegido"
R. Estamos trabajando en una doble dirección y además está el Plan estatal de la Vivienda, que nace en un momento clave y termina con un convenio entre el Ministerio de Vivienda y las entidades financieras para ver cómo se sufragan las actuaciones. Lo que le pedimos al ministerio es que colabore con nosotros. Además, estamos trabajando con el Instituto Valenciano de Finanzas para ver de qué manera puede proteger al comprador, ya sea facilitando ese 20% del préstamo que no proporcionan los bancos o avalando las operaciones.
P. ¿Qué stock de vivienda tiene la Comunidad?
R. Depende del parámetro que cojamos, pero oscilaría entre las 120.000 y las 160.000, un 20% del total de España.
P. ¿A estas alturas y con la que está cayendo le parece adecuado haber encarecido los módulos de viviendas protegidas?
R. No lo veo así. Podíamos poner un módulo mucho más bajo, pero sería irreal porque las cosas hoy valen lo que valen.
P. Pero cuando hay superabundancia de pisos, lo lógico es que sean más baratos, también los protegidos.
R. El módulo establece un precio máximo, que no es fijo, y el mercado dirá quien puede bajar de ese máximo y quien no. En cualquier caso, los módulos que se aplican aquí están por debajo de la media española. Estamos dentro de lo normal. Además, desde junio, en que se elevaron los precios, el número de calificaciones de viviendas protegidas se ha multiplicado, lo que quiere decir que esas viviendas son competitivas. Nadie pondrá en el mercado viviendas de protección pública si no tiene un mínimo de beneficio o cubre los costes.
P. ¿Podrán los pisos de renta libre pasar a protegidos?
R. Parte de ese stock puede formar parte de ese mercado protegido, pero los promotores tendrán que ajustarse a los precios de este tipo de viviendas. Queremos firmar un convenio con promotores, entidades financieras, registradores y notarios, con cinco o seis condiciones para ayudar a la gente a comprar una casa. Los promotores deberán decirnos qué promociones quieren acogerse a estas condiciones. Los notarios deberán hacer descuentos en sus honorarios y los registradores mejorar o incrementar los servicios que prestan. Las entidades financieras deberán dar mejores condiciones y queremos ver si el Consell coge estas promociones y las publicita.
P. La Generalitat vive apreturas económicas. ¿Qué dinero le piden al Estado para financiar el plan de vivienda?
R. A pesar de las dificultades económicas de la Generalitat, motivadas porque somos muchos más y no nos llega todo lo que nos tendría que llegar, nuestra consejería aumenta el presupuesto para 2009. Disponemos de 350 millones de euros. En cualquier caso, le vamos a exigir al Gobierno que colabore. ¿Significa eso que queremos dinero para comprar todas las viviendas en stock? Pues no, ni creo que tengamos que hacerlo. Nuestro plan estratégico de vivienda protegida lo empezamos, no por un problema de stock, sino para potenciar la VPP.
P. Dejó la cartera de Urbanismo en 2003. En su ausencia se ha renovado todo el cuerpo legislativo. Los arquitectos urbanistas se quejan de que había que racionalizar las normas porque son imposibles.
R. Las nuevas leyes se elaboran en un momento de tensión [con las reclamaciones desde la UE...], lo que ocasiona algunos problemas. Después nos encontramos con una directiva europea medioambiental, la ley estatal del suelo, etcétera, y nos vemos en la necesidad de modificar la LUV y hacerlo bien, es decir, con el consenso de todos. Estamos hablando con el partido socialista y queremos extenderlo a otros partidos, también a la Federación Valenciana de Municipios y Provincias. El pacto debe ser de políticos, pero también de territorios. Es el momento clave para poder hacerlo. Esta situación es la mejor para poder normalizar la situación urbanística de cada municipio y la ordenación del territorio valenciano. Esperamos que el próximo verano tengamos una norma ágil y pactada con todos.
P. Ha impulsado la redacción de la Estrategia Territorial y los arquitectos sugieren una moratoria en la revisión de los planes generales hasta que se redefina el marco de actuación.
R. No entendí esa moratoria. Los ayuntamientos que han hecho el esfuerzo tan tremendo de tener planes generales ultimados, tienen que terminar su tramitación, aunque luego tengan que adaptarse a las novedades que se produzcan. Paréntesis no debe de haber. Sí creo que cada municipio debería aprovechar estos momentos de tranquilidad para diseñar su modelo de ciudad.
P. Entonces ¿para qué la Estrategia Territorial?
R. La estrategia no entrará nunca en el modelo de ciudad de cada municipio, la Constitución es clara con la autonomía municipal. Debe marcar las grandes áreas y delimitar de qué territorio dispone. Este documento es fundamental y el momento, espléndido porque después de este gran boom, donde hemos criticado muchas cosas, reflexionar sobre nuestro territorio y ver cómo se tienen que hacer las cosas, está muy bien. ¿Se tenía que haber hecho antes? Nosotros ya trabajamos entre 1998 al 2003 en hipótesis territoriales Ahora hemos vuelto a recuperar la Estrategia Territorial porque es de obligado cumplimiento según la Ley de Ordenación del Territorio.
P. Pero entonces, ¿para qué un plan del litoral cuando ya está todo colmatado?
R. Si nos comparamos con la costa catalana, la nuestra está menos construida. Tenemos más espacios protegidos. Igual con Baleares y otros destinos. Por lo tanto, en esa visión en relación con el Mediterráneo, no estamos tan mal. En los últimos años no es cuando se ha desarrollado más la costa. Del 2000 al 2007, sólo un 7% y entre 1990 y el 2000 algo más del 20%.
P. ¿Qué pasará con grandes proyectos como el Manhattan en Cullera, Porxinos, Gran Manises o Nou Mil·leni, de Catarroja?
R. Los proyectos de Catarroja y Cullera están aprobados definitivamente. El Gran Manises, no porque no ha cumplido las condiciones que debía.
P. Pero había mucha VPO prevista en ellos
R. Al margen de la VPO de esos proyectos, estamos trabajando con la promoción directa de viviendas protegidas. Si salen, perfecto. Y la apuesta es que salgan. Pero lo que vaya a pasar ya no depende de una tramitación nuestra sino de los promotores.
P. ¿Está por seguir aprobando proyectos de este tamaño?
R. Cuando llegan a la consejería proyectos de un determinado tamaño, en unas circunstancias determinadas y parece que hay una posibilidad de llevarlos a cabo, lo que hay que ver es si caben en la Estrategia Territorial. Si no cumplen con las condiciones mínimas, no se aprobarán.
P. ¿Cuántos se pueden quedar por el camino?
R. Llevamos aprobados un 30% o 40% de planes presentados y hay otros que se están tramitando. Cuando esté todo resuelto, veremos lo que ocurre. De todos modos, creo que la aprobación de un plan es un paso importante, pero estoy convencido de que en las circunstancias actuales, su aprobación no quiere decir que se desarrolle. Lo hará cuando sea posible, social y económicamente. El desarrollo de lo que se aprueba, ni mucho menos es automático.
P. Entre todos se está embargando el planeamiento urbanístico del futuro.
R. No estoy de acuerdo. Que haya suelo dotado y clasificado no es malo. Siempre que los planes sobre los que se sostienen sean racionales y sostenibles. Yo no estoy en contra de los edificios en altura, ni en contra de los campos de golf, más bien a favor, siempre que se hagan con sentido común y que no molesten al paisaje. Que haya más o menos suelo clasificado será al final un problema de mercado.
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