_
_
_
_
_
Reportaje:Décima jornada de Liga

"Pep ha corregido nuestros errores"

Eusebio, cinco años al lado de Rijkaard, habla del nuevo Barça de Guardiola

Carlos Arribas

A los 44 años, Eusebio Sacristán se descubre alumno universitario que entre clase y clase sale a la calle a echar un pitillo, que come, 6,75 euros el menú, de una bandeja, después de hacer cola ante un mostrador en el que le descargan sin delicadeza especial un cucharón de judías verdes rehogadas con jamón, un muslo de pollo a la cerveza, patatas fritas, un yogur y una coca-cola light. Rodeado de alumnos, finalmente, deja escapar su deseo más urgente: volver a entrenar. "Ya basta de año sabático", dice Eusebio, cinco años la sombra de Frank Rijkaard en el banquillo del Barça. "Con un mes me ha valido. Necesito el fútbol. Necesito demostrar que soy muy bueno. Creo en mí. Sé que lo haré muy bien".

"No tenía sentido sentar a dos ideólogos en el mismo banquillo, por eso me fui"

Dice Eusebio, el vallisoletano del dream team, que "de Johan Cruyff, de aquel Barça, de aquel fútbol, de aquella fuente, bebemos todos, bebimos nosotros, Frank y yo, y bebe Pep [Guardiola]", sostiene el que fue futbolista en el equipo de la Champions del 92, como lo fue el noi de Santpedor. "Sólo se puede entender al Barça de ahora teniendo en cuenta al Barça de los últimos años. Y si ahora el equipo está así es porque antes estábamos nosotros. Guardiola ha hecho una nueva versión, corregida, de nuestro juego. Ha corregido nuestros errores. Ha aprendido de lo que hicimos", añade Eusebio, quien en ningún momento consideró la posibilidad de seguir en el club con la llegada de Guardiola al primer equipo. "Por un lado, había una necesidad de ruptura y yo representaba, en cierta forma, el continuismo, y por otra, yo soy como Pep, estoy a su nivel, los dos somos ideólogos, y ¿qué sentido tiene sentar a dos ideólogos en el mismo banquillo? ¿Para discutir la lectura del partido?..."

La necesidad de ruptura con el pasado, la imposibilidad de que una etapa se pueda cerrar de una manera no traumática, de que el aplauso al presente no pase por la crítica desaforada al pasado, la entiende Eusebio como una característica tan propia del Barça como lo son los dictados futbolísticos de Cruyff. "El Barça es siempre dos Barças", explica el técnico vallisoletano. "Mientras uno está activo, el otro está durmiente. Y mientras el Barça activo esté bien, el durmiente no se mueve, pero en cuanto empieza a haber problemas, se despierta: ha llegado su oportunidad de tomar el poder y utiliza todos los medios a su alcance para aumentar la presión sobre el activo. Y la presión acaba desquiciando. A nosotros nos ocurrió tras ganar la Champions, al año siguiente, cuando la motivación de la plantilla empezó a bajar..."

En sus tiempos de jugador, Eusebio, que no era de los cracks -"yo era consciente de mis limitaciones, ni regateaba ni goleaba, pero siempre pensaba, pensaba mucho: ¿qué es lo que puedo aportar al equipo?", dice, "así que desde muy joven aprendí a ver el juego colectivo, y a contribuir desde mis posibilidades. Mi papel era analizar el partido y tomar decisiones tácticas, si era el momento de pases en profundidad, de acelerar el juego, de temporizarlo..."-, aprendió también a conocer y dominar las claves del equilibrio de los vestuarios. En sus tiempos de segundo de Rijkaard, las estrellas, siempre necesarias en un club como el Barça, tenían tratamiento de tales. "Para nosotros estaban para marcar la diferencia", dice Eusebio, quien en su vida empresarial comparte con Laudrup, uno de los cracks de sus tiempos, la propiedad de una bodega en Toro. "Para Guardiola tienen un valor diferente. Para Guardiola no hay cracks como tales. Para él lo único que marca la alineación es la táctica, y elige para cada puesto a quien mejor pueda cumplir la misión, se llame como se llame. Por eso Messi ha mejorado como jugador, ya no es tan individualista como antes, porque ha comprendido que para convertirse en el mejor jugador del mundo, que es su máxima ambición, debe lograr que su equipo sea el mejor, y para eso tiene que pensar en colectivo, pensar en el juego del equipo..."

Eusebio creció en Valladolid queriendo ser Cardeñosa, un poeta zurdo, futbolista de largos pases y técnica increíble, un hombre fuera de su tiempo en el fútbol ramplón de su época, la década de los 70-80. Y al Valladolid volvió en sus últimos años de jugador Eusebio tras su etapa de madurez plena en el Barça. Y como pucelano-culé-pucelano verá hoy al Barcelona, que ayer renovó al canterano Busquets hasta 2013, contra el Valladolid (22.00, La Sexta). "El Barça está tan bien que estoy seguro de que si se lo propone puede ganar por goleada todos los partidos de la Liga, pero no sé hoy", dice Eusebio, quien sólo se ha comunicado con Guardiola este año mediante un sms que le envió cuando el técnico salió en defensa del trabajo realizado por el equipo de Rijkaard.

"El Valladolid ha notado este año la ausencia de Llorente, su constante presión arriba, y el hecho de que los nuevos sean jugadores más técnicos, les cuesta más entrar en el sistema de Mendilibar, pero creo que al final acabarán acoplándose...".

Eusebio abraza a Rijkaard en la despedida del técnico holandés.
Eusebio abraza a Rijkaard en la despedida del técnico holandés.AFP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_