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Reportaje:EL RINCÓN

La niña del tintero

La escritora y realizadora Lolo Rico salda cuentas con su pasado y se dispone a escribir su "obra de verdad"

Amelia Castilla

Guionista, programadora y realizadora de RTVE, Lolo Rico vive, cuando no recala en San Sebastián, en un ático del que fuera el palacio de los duques de Anglada en el Madrid de los Austrias. Sus perros, Swing y Selva, reciben en la puerta para ponerse a roncar ostentosamente en cuanto empieza la conversación. En la sala abuhardillada, donde se sienta a escribir con una letra tan atropellada que luego no entiende nada de lo apuntado, almacena recuerdos de distintos momentos de su vida laboral, como la bola de cristal que dio nombre al programa que dirigió en TVE en los años ochenta -"un oasis donde trabajamos con total libertad durante cuatro años"-, un cuadro de un joven maoísta con el puño levantado y un foco de cine, arrinconado junto a un sofá de estampados atigrados. Lolo Rico (Madrid, 1935) acaba de publicar ¿Cómo es posible que el tiempo pase tan deprisa y yo no me dé cuenta? (Plaza & Janés), una suerte de memorias en las que salda cuentas con el pasado. Redactar estas páginas, en las que habla de políticos, escritores, artistas y gente de la farándula, ha sido "traumático". "No quería hacer un relato donde salieran todas las personas que he conocido sino contar cosas que me hirieron o que me gustaron mucho". Para escribir ha usado más la memoria que los 23 cuadernos que completan el diario que inició desde niña. La primera parte del libro narra, entre otros episodios, lo infeliz que fue al lado de su esposo, con el que tuvo siete hijos y del que se separó cuando en España el divorcio no existía. Como muestra del tono de las memorias, una frase en la que recrea la escena donde explica cómo les desposeyeron de lo que tenían en la casa al poco de la separación: "Dijimos adiós a los últimos tapices, los más queridos cuadros, a gran parte de una biblioteca en la que se encontraban los muchos libros que yo había comprado y, pueril y romántica, convertí la desposesión en un desfile que tuvo como fondo La Internacional. Tomé conciencia entonces de lo que significaba ser mujer; ya no tuve dudas". En la parte titulada 'La segunda vida' se centra en su carrera. Autora de cuentos infantiles y editora durante unos años, Lolo Rico cree que una televisión mejor es posible. Su receta se llama talento, ingenio y libertad. "No se trata de un problema de medios, si por mí fuera acabaría con los efectos especiales", añade antes de contar cómo se fraguó el personaje de la bruja Averías, cuyo lema era: "¡Viva el mal, viva el capital!". Ahora que ha puesto el punto final a sus memorias, animada por La niña del tintero, una especie de álter ego que vive en el libro, ha puesto su autobiografía en la estantería y se ha dicho a sí misma: "Ahí te quedas, Lolo, porque ahora pienso escribir mi obra de verdad".

Lolo Rico todavía conserva el gusto por escribir a mano.
Lolo Rico todavía conserva el gusto por escribir a mano.LUIS MAGÁN

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