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Tres ediles y la Policía Local de Burlada eran los objetivos "inminentes" de ETA

Reforzada la seguridad a dos concejales de UPN y una ex munícipe socialista

El comando Nafarroa de ETA, desarticulado la semana pasada, pretendía atentar en breve contra tres ediles del municipio navarro de Burlada, donde la banda también había planificado un atentado "inminente" contra agentes de la Policía Local mediante una pancarta bomba. La Delegación del Gobierno va a reforzar las medidas de seguridad a dos concejales de UPN y a una ex munícipe socialista de la localidad, cuyos movimientos y lugares de trabajo habían vigilado los etarras.

La Delegación del Gobierno en Navarra confirmó ayer a concejales del Ayuntamiento de Burlada que los integrantes del desarticulado comando Nafarroa habían realizado seguimientos de sus pasos y disponían de información muy detallada sobre sus actividades diarias. Los datos con los seguimientos fueron hallados en una memoria informática localizada por el Cuerpo Nacional de Policía en el interior de la campana extractora de la cocina de la vivienda de Pamplona de uno de los presuntos miembros de ETA.

Los terroristas tenían órdenes de la dirección de ETA para cometer atentados inmediatos en Navarra y entre sus posibles víctimas figuraban ediles de UPN y PSN-PSOE en Burlada? municipio de unos 15.000 habitantes gobernado por el PSN-PSOE.

Además, el alcalde de la localidad, José Muñoz, fue convocado en la delegación para ser informado con detalle de los planes de los terroristas, entrenados directamente por el jefe de los pistoleros de ETA, Garikoitz Aspiazu, Txeroki, de perpetrar un ataque masivo contra policías locales. Los etarras pretendían colocar una pancarta provocativa, a la que iban a adherir un artefacto explosivo de forma que estallara cuando los agentes municipales intentaran retirarla.

La inclusión de policías locales como objetivo de este tipo de atentados con pancartas bomba es nuevo en el manual criminal etarra, porque aunque ha perpetrado con anterioridad este tipo de atentados, siempre han ido dirigidos a agentes de la Ertzaintza, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. También habían planificado atentar contra el monumento a los caídos de Pamplona con una mochila bomba.

Mientras, de las 248 personas que resultaron intoxicadas durante las obras de reparación de los daños provocados por la bomba colocada por ETA en la Universidad de Navarra, sólo 37 permanecían ingresadas anoche. No obstante, los médicos calculan que sólo 15 requerirán una atención especializada más prolongada. La intoxicación se debió a "una exposición a sustancias derivadas de la combustión de materiales muy diversos" debida al estallido.

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