106 años y símbolo del cambio
Nixon Cooper, una mujer que superó grandes dificultades en la vida para sacar adelante a su familia y servir a la comunidad, no adquirió el derecho al voto hasta los 63 años. El martes lo ejerció al tocar con su dedo una pantalla porque "después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar", dijo Obama.
Nacida en Shelbyville, Tennesseee, el 9 de enero de 1902, tras la muerte de su madre, Cooper fue separada de sus cinco hermanos y hermanas y criada por una tía. A los 20 años, se casó con el dentista Albert Berry Cooper. La pareja se mudó a Atlanta, Georgia, donde la joven Ann trabajó durante unos meses para una compañía de seguros, donde redactaba pólizas.
A medida que su marido prosperaba laboralmente, Nixon Cooper empezó un amplio recorrido de activismo social. Fundó el Club de las Chicas para la Juventud Afroamericana, enseñó a leer y escribir a analfabetos en una iglesia y trabajó durante más de 50 años en la administración de una asociación de enfermería y ayuda médica.
"En una época en la que las voces de las mujeres eran silenciadas y sus esperanzas despreciadas, ella vivió para verlas levantarse y hablar más alto y lograr el voto", recordó Obama. Pero tuvo que esperar aún cuatro décadas, hasta 1965, para obtener ese derecho.
En 1980, la televisión WXIA-TV de Atlanta reconoció la contribución de Nixon Cooper a la comunidad y a los derechos civiles, premiándola por su activismo y su trabajo para mejorar las condiciones de vida de los negros.
Tras su victoria, Obama evocó la historia del siglo XX, los años de lucha por los derechos civiles y se preguntó por el futuro que verán sus hijas si viven tanto como la centenaria votante. Todo a través de los ojos de Ann Nixon Cooper, testigo de la transformación de Estados Unidos.
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