La campaña más cara de la historia
La campaña presidencial que acaba de terminar quedará para la historia como la primera en la que se superaron los 1.000 millones de dólares (770 millones de euros) en gastos electorales, el doble de lo que hace sólo ocho años invirtieron el actual presidente, George Bush, y el demócrata Al Gore. El responsable de este récord es, sin duda, Barack Obama, que ha revolucionado los sistemas de recaudación con una extensa red de voluntarios para captar pequeñas donaciones de 5, 10 y 20 dólares. Decenas de millones de ciudadanos, especialmente los más jóvenes, han contribuido. Tal ha sido el músculo financiero del demócrata que, en contra de lo que dijo inicialmente, acabó renunciando a los 84 millones de dólares de financiación pública por los límites que ésta le imponía para aceptar nuevos donantes.
Según datos del think tank Centre for Responsive Politics, Obama y John McCain llegaron a los 999 millones de dólares de recaudación el pasado 27 de octubre, cuando aún faltaba más de una semana para las elecciones. La diferencia es que Obama ha logrado atraer dos de cada tres dólares y que McCain ha tenido que aceptar las subvenciones públicas para poder hacer frente a los gastos.