Barcelona quiere más teatros
El Principal, la Nau Ivanow y el Arnau redibujarán el mapa escénico del Ayuntamiento de la ciudad
El cierre de salas como el Artenbrut, el Principal y el Novedades, y la recuperación de otras, como el Goya, han cambiado en los últimos tiempos el mapa teatral de Barcelona. Pero el proceso de transformación sigue abierto y el agente llamado a protagonizar los nuevos cambios es el Ayuntamiento de la ciudad. La negociación sobre la compra del teatro Principal al Grupo Balañá, el proceso de expropiación del Arnau y la oferta de cesión realizada por el propietario de la Nau Ivanow, Xavier Basiana, son algunas de las líneas abiertas que hoy se estudian en los despachos municipales.
En la actualidad, el Sant Andreu Teatre (SAT) es el único teatro estrictamente municipal que funciona en la ciudad. Desde enero de este año, su gestión corresponde a la empresa N54, que ganó el concurso público para capitanear durante tres años su funcionamiento. El grueso del presupuesto del SAT, 156.000 euros, sale directamente de las arcas del distrito de Sant Andreu, aunque recibe ayudas de la Generalitat y del Instituto de Cultura de Barcelona (Icub).
El Principal podría ser sede de la Sala Beckett o reunir los festivales de cine
La SGAE abrirá el antiguo Studio 54, de titularidad municipal, en junio
Además, el Ayuntamiento participa, entre otros, en los consorcios del Teatre Lliure (al que en 2008 ha destinado 2.627.280 euros) y el Mercat de les Flors (2.368.309 euros), cuyas dotaciones se incrementarán el año próximo en 115.000 y 99.000 euros respectivamente. "El presupuesto general del Icub crecerá el 10% en 2009", señala orgulloso el delegado de Cultura del Ayuntamiento, Jordi Martí, convencido de que el papel estratégico de la cultura hace necesario aumentar la apuesta en ella, incluso en tiempos de crisis.
También es de titularidad municipal el edificio del antiguo Studio 54, que el Consistorio adquirió por 11 millones de euros. La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ganó el concurso para gestionar la sala, lo que comprendía la realización de obras de reforma. Éstas se han demorado y, según fuentes de la entidad, la inauguración oficial se llevará a cabo el próximo mes de septiembre, aunque se estudia la posibilidad de que algunas instalaciones del nuevo Paral·lel, nombre con que se ha rebautizado el local, empiecen a funcionar el próximo mes de junio, como rodaje previo a su estreno. En virtud del acuerdo de gestión, la SGAE pagará al Ayuntamiento un canon anual de 160.000 euros.
La nómina de teatros municipales podría ampliarse también con la adquisición del teatro Principal. Según María José Balañá, responsable del Grupo Balañá, la negociación está aún en una fase inicial. "Nosotros no les hemos ido a buscar, son ellos quienes quieren comprar", señala Balañá, dispuesta a "escuchar" posibles ofertas, pero no a pronunciarse sobre los requisitos que tendrían que darse para acceder a la venta. La fórmula de la permuta (a cambio de solares municipales) es la que parece ganar peso. Martí señala el valor estratégico e histórico del Principal como razón básica del interés del Consistorio por el local. Martí recuerda que este equipamiento es mucho más que una sala teatral, pues comprende también las instalaciones del antiguo frontón Jai Alay, la sala de billares y la pequeña Cúpula Venus.
El interés por la adquisición del Principal entronca con el plan de revitalización del sur del Raval; la intención es convertir el espacio en un gran equipamiento cultural, multidisciplinar, cuyos contenidos están aún por concretar, aunque no por falta de ideas. "Mientras no sea del Ayuntamiento y no podamos estudiar a fondo sus posibilidades, no lo decidiremos", señala Martí. Entre las posibilidades que se barajan está la de convertirlo en nueva sede de la Sala Beckett, pendiente de desalojo; centralizar allí los festivales de cine de la ciudad y la exhibición de un cierto tipo de películas catalanas de difícil entrada en los circuitos habituales; utilizarlo como espacio para estudios artísticos, e incluso dedicarlo a la música en vivo.
Por el mismo razonamiento, Martí considera aún muy prematuro hablar de posibles usos teatrales del Arnau, aún en fase de expropiación, y recalca que los procesos por los cuales un edificio de titularidad privada pasa a ser municipal requieren su tiempo y pueden demorarse varios años.
Otro equipamiento en liza es la Nau Ivanow, propiedad del arquitecto y fotógrafo Xavier Basiana, a su vez presidente de la Fundación Sagrera, gestora del espacio. En 1997, Basiana adquirió las dependencias de una antigua fábrica de pintura con la intención de convertirlas en un centro de creación abierto a la ciudad. La demanda superó las previsiones y hace unos meses se alquiló una nave vecina para ampliar las instalaciones, y se pretende hacer lo propio con una tercera.
El plan de la Sagrera, vinculado al paso del AVE, prevé que toda la zona pase a ser propiedad del Ayuntamiento, con la consiguiente compensación a la Fundación Sagrera. Basiana estaría dispuesto a renunciar a estos derechos siempre y cuando el Consistorio les permita conservar la gestión durante 20 años y asuma las obras de ampliación del centro con la creación de un nuevo edificio con capacidad para 250 personas.
Jordi Martí señala el interés del Ayuntamiento por estudiar la propuesta, pero destaca que ésta entraña complejidades jurídicas. "Es muy atípico que alguien regale algo. Y también que el Ayuntamiento pague un alquiler por un edificio que tarde o temprano acabará siendo suyo", argumenta. A su juicio, lo más probable y sensato es dejar que los acontecimientos sigan su curso y esperar a que el plan de la Sagrera se materialice. "Entonces la Nau Ivanow pasará a ser una fábrica de creación de titularidad pública, por lo que el Ayuntamiento asumirá todos sus gastos", añade. "Y dado que la Fundación Sagrera la ha impulsado desde el principio, lo lógico es que siga ocupándose de la gestión".
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