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Reportaje:

"Todos los que se pueden marchar, se marchan"

Un colegio de Huelva se queda sin alumnos por la "mala fama" del barrio en el que se encuentra

En el barrio Pérez Cubillas de Huelva sólo hay un colegio y algunas clases tienen siete alumnos. Se trata del Centro de Infantil y Primaria Juan Ramón Jiménez, con 110 estudiantes repartidos en ocho aulas. Los vecinos del barrio y los profesores achacan el número mínimo de matrículas a la "mala fama" de esta barriada de 10.000 habitantes, a la que describen como "marginal, problemática y, a veces, peligrosa".

La nueva directora del colegio, Pilar Aguaded, lucha por aumentar el número de alumnos y revertir la situación de marginalidad. Lleva en este centro un año y reconoce que "antes había mucha droga, prostitución y trapicheo" pero que todo está cambiando. "Yo quiero lavar la cara de este centro y de este vecindario", se propone. Para ello trabaja codo con codo con algunos padres de alumnos y con los 15 profesores del centro. Entre todos desarrollan una campaña de publicidad para convencer a las familias de la zona de que matriculen en el colegio a sus hijos.

"La mayoría de los padres optan por llevárselos a colegios cercanos que no cargan con el peso de pertenecer a esta zona", precisa la directora. Uno de ellos es Las Teresianas. "Desde que pasó a ser concertado, muchos alumnos se fueron para allá". Al ciclo de Infantil y Primaria de Las Teresianas acuden más de 400 niños.

La barriada Pérez Cubillas está separada de la ciudad por una carretera a la que todos se refieren como la del Tráfico Pesado. "Esa vía divide dos mundos. Parece que somos otro país", explica la directora. "La barriada surgió hace unos 50 años como un lugar humilde donde la gente tenía un nivel adquisitivo muy bajo", precisa Estrella Gualda, profesora de Sociología de la Universidad de Huelva. "Debido a que las viviendas son muy baratas, últimamente ha llegado mucha inmigración", añade Gualda, que publicó hace tres años el estudio Necesidades sociales de la población infantil y juvenil del distrito seis en Huelva. El Pérez Cubillas pertenece a este distrito.

En una de las aulas del Juan Ramón Jiménez hacen los deberes seis niños de 12 años. Son de Marruecos, Brasil, Rumania, Portugal y España. Los padres de los dos menores marroquíes trabajan en la fresa. El del rumano Juan José lo hace en una obra, como el de la brasileña Pollyana, y su madre, en una empresa de limpieza. El resto está en paro.

Los niños cuentan que están muy contentos en el cole y se encogen de hombros cuando se les pregunta por qué tienen pocos compañeros. "La gente que se ha podido marchar de aquí, se ha marchado", reconoce la profesora más antigua del centro, que lleva ejerciendo 20 años. "Este barrio estuvo aislado y abandonado mucho tiempo. Todo era marisma alrededor, había que cruzar con tablas", recuerda. Pero ahora todo son modernidades, al menos en el centro. Después de tres años de obras, el colegio está prácticamente nuevo. Aunque los pasillos, relucientes, estén vacíos.

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La nueva Asociación de Padres, formada hace unos meses, organiza espectáculos, obras de teatro y conciertos en las instalaciones del colegio. "Así los padres vienen y nos conocen", cuenta Vázquez. "También hemos hecho folletos que vamos repartiendo en guarderías y otros colegios", añade orgullosa. En ellos se menciona que pronto habrá ordenadores en las clases, monitores de deporte para las tardes y muchas actividades extraescolares. "Con todo esto, seguro que los padres vuelven a apostar por este barrio", confía la directora.

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