El túnel de Bracons, entre Vic y Olot, estará en servicio antes de primavera

Ir hoy de Vic a Olot por carretera supone no menos de una hora de conducción, la mitad en el subtramo que va de Torelló a la Vall d'en Bas. Dentro de tres meses, el recorrido se acortará a la mitad gracias a la entrada en funcionamiento del tercer túnel, en longitud, de Cataluña: el de Bracons (sólo los del Cadí y Vielha son más largos). Ya está todo perforado, como lo están también los otros nueve que forman la nueva vía, además de construidos seis viaductos (el último de ellos, sobre el Fluvià, pendiente de montaje).

Es una obra emblemática del tripartito, heredada de la etapa de CiU y modificada tras no pocas divergencias entre los socialistas (que controlan Política Territorial) e Iniciativa (al frente de Medio Ambiente). Iniciada en 2003, durante el último Gobierno de Jordi Pujol, estuvo parada durante un tiempo. Pero casi todo tiene un fin y la carretera que unirá de forma directa y rápida las comarcas de Osona y Garrotxa entrará en funcionamiento antes de la primavera, es decir, dentro de cuatro o, a lo sumo, cinco meses.

La vía, de unos 20 kilómetros, tiene 10 túneles y 6 viaductos

Hoy, de hecho, los vehículos de las obras ya van de un lado a otro utilizando la nueva vía, que no está totalmente lista, pero sí tiene todos los túneles perforados, algunos ya asfaltados y otros con las últimas capas y en proceso de instalar señales, luces, controles y otros mecanismo de seguridad.

Uno de esos dispositivos de seguridad es una galería de servicios acorde con la normativa europea. Tiene prácticamente la longitud del túnel de Bracons: 4,5 kilómetros; circula en paralelo, por su lado sur, y ha sido construida con capacidad para que circulen por su interior vehículos de emergencias: bomberos y ambulancias. Ha sido dotada, además, de zonas estancas en las que un potente sistema de ventilación evitaría la penetración de humo en caso de un incendio en el túnel, de modo que quienes estuvieran en el interior de él podrían refugiarse allí provisionalmente.

El techo del túnel dispone de un mecanismo de trampilla que se accionaría también en caso de incendio para tragar parte del humo, que saldría por chimeneas ya construidas y revestidas de piedra de la zona para minimizar el impacto visual. Del mismo modo, se ha procedido a deprimir la vía cuando circula al aire libre para amortiguar la visión de la herida.

En total la nueva vía tendrá, entre Torelló y Sant Esteve d'en Bas, unos 20 kilómetros. El túnel de Bracons mide 4,5 kilómetros y el de la Codina, el segundo en longitud del total de 10 que configuran el trazado, 1.470 metros más. Otros (la Sala y Sant Andreu de la Vola) rondan el medio kilómetro.

Hay seis viaductos: tres en el lado de Osona y otros tantos en la Garrotxa. El más largo de ellos es el del Mas Rubió (565 metros, todos ellos en la Garrotxa). Los otros dos de esta comarca (Joanetes y el que salvará el Fluvià) son bastante más pequeños, sin superar ninguno el centenar de metros, cifra que sobrepasan los tres del lado Osona, señala el secretario de Movilidad, Manel Nadal. El coste es de unos 300 millones de euros y cuando entre en funcionamiento conectará dos comarcas vecinas pero con intercambios difíciles. La coincidencia económica (gran potencia en ambas de la industria cárnica) augura, en principio, intercambios y sinergias.

Los cambios introducidos hacen que la parte de la Vall d'en Bas tenga ahora una menor pendiente (del 8% de la época de CiU al 6%) y, por tanto, menor impacto en la zona. Queda por decidir la variante de Les Preses. Hay dos opciones: un túnel que cruce una colina hacia Olot o en superficie. Los informes medioambientales aconsejan la segunda opción porque la primera afecta a la chimenea de uno de los volcanes de la zona.