Los presupuestos de la crisis priman la inversión frente al gasto social

El gran desafío de los presupuestos de la Generalitat para 2009, que el consejero de Economía, Antoni Castells, presentó y detalló ayer en el Parlament, es estimular la economía con más gasto para llevar a cabo una política "anticíclica". Pero no tiene dinero. Las cuentas para el año que viene están "marcadas por la crisis, pero también son un instrumento para hacer frente a ella", insistió ayer el consejero, quien recordó que Cataluña entrará en recesión. Prevén una caída de los ingresos financieros del 4,5%, fruto, principalmente del desplome de la actividad inmobiliaria, y una contracción del producto interior bruto (PIB) del 0,1%.

La teoría económica keynesiana (basada en las ideas del economista británico John Maynard Keynes, como respuesta a la Gran Depresión de los años 1930) defiende que en momentos de estancamiento, al Estado le corresponde actuar para asegurar el nivel de inversión necesario para multiplicar la actividad económica y garantizar el pleno empleo.

En un escenario como el dibujado por el consejero de Economía, el presupuesto consolidado (Administración y empresas públicas) crece el 6,4%, hasta 37.000 millones de euros. El Gobierno catalán asegura que "prioriza las políticas sociales para proteger a los colectivos más vulnerables". Es una verdad a medias. La dotación aumenta en 876,4 millones, el 5%, y el peso del gasto social representa el 51,6% del presupuesto del conjunto del sector público (el consolidado), frente al 52% del ejercicio anterior.

Salud crece el 3,5% y se lleva el 25,5% (un punto menos que en 2008) de la tarta presupuestaria, 9.416 millones de euros; el presupuesto para educación crece el 4,4%, hasta 6.080 millones, el 16,3% del conjunto, y las políticas de protección social suman 1.607 millones, el 4,3% de todo el gasto. La dotación para dependencia crece el 6,3% y se sitúa en 990 millons de euros.

Frente al mantenimiento del gasto social, la apuesta del Ejecutivo es un "gran esfuerzo inversor", en palabras de Castells. El año que viene invertirá la cifra récord de 6.580 millones de euros, el 11,4% más, lo que supone un 3% del PIB catalán. Con todo, la inversión per cápita no es tan abultada: 744 millones de euros, el 4% más que los 715 euros por ciudadano del año pasado.

Método alemán

¿De dónde saca el dinero el Gobierno para financiar tanta inversión, teniendo en cuenta las restricciones? En primer lugar, de la financiación extrapresupuestaria -no aparece en las cuentas-, a través de métodos específicos, como derechos de superficie y concesiones, y pagos aplazados (método alemán), una práctica tan extendida por los gobiernos de CiU como criticada por el tripartito, que desde que gobierna la ha ido reduciendo.

De los 6.580 millones de euros de inversión, 1.086 se financian al margen del presupuesto, casi el 65% más que el año pasado. "Este año no hemos tenido otra opción", se lamentó ayer Castells.

En segundo lugar, recurriendo al endeudamiento, que crece el 18% y supera los 21.000 millones de euros, el 9,43% del PIB. La deuda servirá para cubrir el déficit que prevé la Generalitat para 2009, que aumentará hasta los 2.127 millones de euros, el equivalente al máximo permitido por la ley, el 1% del PIB.

En un ejercicio de "importante esfuerzo de austeridad y contención del gasto no esencial" -los gastos de administración se reducen en 46 millones y se congelan los sueldos de los altos cargos-, las remuneraciones de los funcionarios crecen el 11,4% en el conjunto del sector público y el 7,3% en la administración de la Generalitat. La plantilla se congela. Castells atribuye este incremento a varios factores: al aumento anual del sueldo de acuerdo con los funcionarios del Estado (3%), a la consolidación del personal que se incorpora a mediados del año anterior -como los nuevos maestros que se contratan en septiembre-, a los aumentos de categoría y a la revisión por el diferencial inflacionista respecto al conjunto del Estado, que en 2007 fue del 1,3%.