CLH unirá Vigo y Oporto a través de un oleoducto

Vigo y Oporto estarán más cerca también por oleoducto. CLH, la antigua Campsa, tiene listo ya el proyecto para interconectar las infraestructuras de transporte de petróleo entre España y Portugal, comenzando por el trazado de 150 kilómetros que unen la ciudad olívica con la capital industrial del norte luso. Será el primer oleoducto que cruce la frontera, un proyecto con un coste cercano a los 45 millones de euros y que representa el punto de arranque de la internacionalización de CLH.

Los responsables de la operadora petrolífera, encabezados por su presidente, José Luis López de Silanes, han presentado a las autoridades portuguesas el plan, del que destacan que mejorará la distribución logística en el norte del país vecino. "Son proyectos complicados pero pensamos que para Portugal será muy interesante porque no le cuesta dinero y le va a mejorar las infraestructuras, que a nuestro entender no son buenas". Una vez realizado el plan de viabilidad, que según CLH arroja una rentabilidad positiva para la nueva red de transporte, los responsables de la compañía están a la espera de que se declare de interés nacional por parte de las autoridades lusas, para proceder a continuación a las expropiaciones.

La compañía presidida por López de Silanes desarrolla actualmente un plan estratégico hasta 2011 que incorpora la construcción de 700 nuevos kilómetros de oleoductos sólo en España, para los que se destinará una inversión de 205 millones de euros. "El proyecto de Portugal está en su fase preliminar", señalan desde la compañía, "pero forma parte de un plan de interconexión ambicioso y es nuestro primer salto internacional". El abaratamiento de los costes de distribución será una de las ventajas que ofrezca la futura infraestructura, pero sobre todo para los consumidores lusos, y todo apunta a que Repsol, accionista de referencia de CLH y principal distribuidor de petróleo en Galicia desde la refinería de A Coruña, mejorará todavía más sus márgenes.

Desde CLH no entran a valorar la repercusión del proyecto para el consumidor final gallego. "Nosotros somos una operadora, un transportista, por decirlo de algún modo. Y lo que no marcamos son los precios de los carburantes que fijan nuestros clientes, que son precisamente las compañías petrolíferas", aclaran desde CLH. "Todos tienen acceso a nuestra red", insisten. Entre los principales accionistas de la firma se encuentran Repsol, con un 15% y Cepsa, con un 14,15%. También Caixanova está en el capital de CLH, con un 5%.

La construcción del oleoducto representa duplicar la extensión de la actual red gallega de la compañía, que une A Coruña con Vigo a lo largo de 155 kilómetros. Desde la empresa descartan, de momento, el desdoblamiento de esta infraestructura en Galicia, aunque todo dependerá de la demanda que se genere en el país vecino.

Los responsables de CLH también han mantenido encuentros con la principal operadora lusa, Galp, que controla un 5% de su capital, y cuyo concurso es clave para lograr el visto bueno definitivo al proyecto. Y es que la viabilidad de este tipo de infraestructuras depende de la adhesión de las compañías que operan en el mercado. Repsol se ha mostrado interesada ya que su intención es aumentar su cuota en el mercado luso hasta un 24% en el horizonte del 2010. Galp, por su parte, participa en CLH por la necesidad de abastecimiento de su red de venta de combustibles en España.

Portugal sólo tiene un oleoducto de similares características al proyectado entre Vigo y Oporto; el que conecta la refinería de Sines con la central de almacenamiento de Aveiras.