El PP critica que el Guggenheim pagó por sus obras precios por encima del mercado
Un asesor del museo criticó que las compras fuesen decididas por Krens
Después de revisar documentos internos del Museo Guggenheim Bilbao, el Partido Popular (PP) ha llegado a la conclusión de que las obras de arte que integran su colección, a la que ha destinado en estos años unos 90 millones de euros, se han pagado más caras de lo que marcaban los precios de mercado. Los documentación del Guggenheim revela que la elección de piezas se hizo siguiendo las propuestas realizadas desde la Fundación Guggenheim de Nueva York, pidiendo el precio directamente a los propietarios de las obras, con la advertencia expresa de su asesor, Javier González de Durana, actualmente director artístico del Tenerife Espacio de las Artes, de que se estaban aceptando cantidades demasiado altas. Los precios fijados por los propietarios sólo se contrastaban con los informes de tasación de la casa de subastas Sotheby's, de muy pobre contenido, que, en general, aceptaban la cantidad solicitada inicialmente por los artistas.
La oposición no ha podido realizar copias de los documentos
El juntero popular Arturo Aldecoa no ha encontrado en los documentos que el Guggenheim le ha permitido estudiar un plan concreto de adquisiones. Un informe firmado por González de Durana critica que el entonces director de la Fundación Solomon R. Guggenheim, Thomas Krens, decidiese personalmente las compras en función del criterio "fortuito" de sus visitas a ciertos artistas o galerías. Fue el caso, explicó ayer Aldecoa, de las compras realizadas a Julian Schnabel o a Jeff Koons. Otro documento fechado en 1997 cita la improvisación en la compra de un mural de Sol LeWitt, encargado por el Guggenheim para cubrir el fallo de otras obras que se habían considerado el año anterior.
El PP solicitó en las Juntas Generales numerosos documentos relacionados con la compra de obras y los anexos al informe de control interno realizado tras descubrirse el desfalco confesado por su ex director financiero Roberto Cearsolo. Aldecoa ha debido revisar la documentación en la propia sede del museo en Bilbao, como ya ha ocurrido con otras solicitudes de información de los grupos de la oposición en el Parlamento, y no ha podido hacer copias.
Aldecoa ha encontrado varios ejemplos que sustentan que "la errática" política de compras de la pinacoteca, estaba "sujeta más al gusto de Krens" que a un plan. El juntero destaca la compra de una obra en 1997 por 2,7 millones de dólares, el precio que marcaba Sotheby's, cuando el asesor del Guggenheim consideraba que su valor de mercado se limitaba a unos dos millones de dólares.
Un año más tarde, González de Durana lamentaba que las piezas adquiridas en 1996 no eran las inicialmente elegidas. Se refería a un conjunto de obras de Anselm Kiefer que fueron cambiadas "por decisión de Nueva York". En una nota, el asesor añade que parte del cambio resultó buena, pero otra supuso "sacrificios". Una de las piezas que iba a ser comprada fue, finalmente, un préstamo a largo plazo.
El PP sigue pidiendo transparencia en la gestión del Guggenheim que facilite el control desde la oposición. Aldecoa criticó el "doble muro" que sus perticiones de información deben superar. "La Diputación se niega directamente a proporcionarnos la documentación amparándose en que es una entidad de derecho privado y el Guggenheim no nos facilita copias de la ingente cantidad de papeles que tenemos que revisar", deploró.
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