_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

A los pies de Cibeles

Que la política es una droga dura y el poder una sustancia muy adictiva y estupefaciente es algo que ya sabíamos o sospechábamos desde que aprendimos las primeras letras de los libros de Historia, redactados siempre desde el lado de los poderosos. Sirva un ejemplo que me produjo escalofríos y pesadillas cuando era un crío de diez años. En el libro de texto de Historia de España se ensalzaba el gesto del rey aragonés Ramiro III el Monje, que utilizó las cabezas cortadas y empaquetadas de sus rivales cortesanos como badajo de su peculiar invento, bautizado como la Campana de Huesca. Los sordos ecos del siniestro artilugio resonaron con fuerza en los oídos de los nobles levantiscos del reino y siguieron repercutiendo con fúnebres repiques en las cabezas de los escolares. Cuando llegamos a la lección de Guzmán el Bueno, o el parricida, según se mire, los estudiantes empezábamos a estar curados de espantos, rodeados de héroes y de mártires que incomprensiblemente nuestros educadores nos proponían como dignos de imitación, como si quisieran quitársenos de encima cuanto antes, porque los héroes y los mártires solían morir jóvenes y de muy mala manera.

El salto de la política a los negocios no es un triple mortal, sino una grácil voltereta sin riesgos

La política y su alcaloide más activo, el poder, crean dependencia y acaban por deteriorar seriamente la salud mental de los profesionales, que acaban enterándose de lo que han hecho a través de la prensa, la radio o los telediarios. La última confirmación de la teoría que presenta a la política como una droga muy peligrosa proviene de un severo organismo que no suele despacharse muy a menudo con imaginativas hipótesis y alegres declaraciones. La CNMV, Comisión Nacional del Mercado de Valores, recomienda a los candidatos propuestos por el Gobierno de Esperanza Aguirre para la nueva corporación financiera Cibeles, Ángel Acebes y Manuel Lamela, "una desintoxicación" de la vida pública antes de regresar a las andadas. El ex ministro Acebes y el ex consejero Lamela se presentan como consejeros independientes de la entidad, independizados de la noche a la mañana de la dependencia del PP por autorización expresa de Esperanza Aguirre. Al presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, enfrentado en los últimos meses con la presidenta de la Comunidad, tampoco le gusta el tercer candidato independiente de la terna, Carmen Cavero, demasiada familia política, porque doña Carmen es la cuñada independiente del vicepresidente del Gobierno regional, Ignacio González.

Todo queda en casa y todo queda en familia; el presidente de la CNMV indica en su informe que los nombramientos de estos tres mosqueteros aguirristas serían legalmente posibles, pero no idóneos. La frontera entre la legalidad y la licitud es una zona de sombras en la que se refugian tránsfugas y trepadores de dudosa ética y mínimos escrúpulos. El salto de la política a los negocios no es precisamente un triple mortal, sino una grácil voltereta sin riesgos, el paso de los negocios de la política a la política de los negocios puede hacerse y se hace con suma facilidad y desparpajo, ambos mundos están tan próximos que sólo los más patosos pueden tropezar y fracasar en el intento. No hay clínicas de desintoxicación para políticos que quieran dejar el vicio y el poder no permite a sus adictos suspender de golpe la medicación de su enfermedad crónica, no hay terapias, ni especialistas. En su informe, la CNMV propone la cura, pero no da pistas, aunque trasciende los valores del mercado que regula para meterse en el terreno de los valores morales, en crisis también y sin cotizar en bolsa.

Otro que tampoco pisa mucho la Cibeles, no la corporación, sino el edificio del nuevo Ayuntamiento, es el alcalde Gallardón; su maratón olímpica le ha llevado esta vez al archipiélago de Bali para promover la candidatura madrileña ante los representantes asiáticos. De Acapulco a Shangri-La, Alberto recorre el mundo para convencer a los ejecutivos del COI de que en Madrid se lo van a pasar mejor que en cualquier otra posible sede entre fastos y fiestas, toros y saraos. El alcalde se fue a Bali con la satisfacción del deber cumplido asomada en el rostro, porque acaba de subir los sueldos de 103 cargos municipales, el suyo ha subido un 11,7% para situarse en 107.362 euros, una retribución que supera a la del propio presidente del Gobierno, que percibe 91.982. Considerando que ni Alberto ni sus 103 se van a poner literalmente manos a la obra, ni se van a echar mano a la cartera, se comprende que anden racaneando en remodelaciones y ajardinamientos. Se salvará el proyecto del Manzanares, tal vez para que puedan navegar en él las piraguas olímpicas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_