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Reportaje:Liga de Campeones

El Madrid, frente a una 'Juve'en ruinas

Schuster teme que su equipo se relaje y que el rival juegue espoleado por su mal momento y sus múltiples bajas

José Sámano

Sólo la heráldica ampara a la arqueológica Juve. Una epidemia de lesiones impide a la institución remontar definitivamente el vuelo tras su fraude de 2006, un truculento andamiaje de aire camorrista que le costó el descenso a la Serie B. El equipo de Italia, que no de Turín, en cuyo corazón prevalece el Torino, viaja despeñado por su Liga y se ha recluido en el Comunale, una construcción de 1933 bajo la tutela de Benito Mussolini y su sueño olímpico del 34. El Juventus abandonó el estadio en los años 90 para mudarse a Delle Alpi, una catedral gélida y alejada del perímetro turinés que nunca resulta acogedora para nadie. Hoy, Delle Alpi está en obras para rebajar su aforo de 70.000 a 40.000 espectadores. Mientras tanto, al club de los Agnelli le basta con los 27.000 del Comunale, de nuevo llamado Olímpico tras la remodelación con motivo de los Juegos de Invierno de 2006.

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Al frente de la Juve, Claudio Ranieri, aquel dicharachero técnico que se dejó caer por el Valencia y el Atlético, se encuentra al borde del precipicio. Resultadista por extrema convicción, el entrenador italiano, a falta de victorias, debate ahora en torno al juego, que, por supuesto, tampoco brilla en este Juventus. En realidad, pocas veces lo ha hecho a lo largo de su historia. Pero esta Juve ha perdido la eficacia de antaño, la de aquel equipo que con una ocasión marcaba dos goles. En el vestuario se perpetúan algunos pretorianos que sobrevivieron al moggigate: Buffon (30 años), Trezeguet (31), Nedved (36) y Del Piero (cumple 34 el 4 de noviembre). Pero sólo estos dos últimos, ambos en el declive de sus carreras, tienen el alta médica. A las bajas del guardameta y el delantero francés se suman las del danés Poulsen -ex jugador del Sevilla-, el francés Zebina, el italiano Zanetti y el portugués Tiago. Hasta el último instante, Ranieri no sabrá si puede alinear a Camoranesi, Iaquinta, Legrottaglie y Mellberg.

Un verdadero jeroglífico para el técnico, al que se le acaba el crédito en Turín. Tras no pasar del empate en Bielorrusia ante el BATE y andar perdido en el 12º puesto de la Liga, un traspié ante el Madrid no sólo le complicaría la clasificación europea, sino que también acentuaría las dudas juventinas ante el derby del fin de semana contra el Torino.

Los contratiempos del Juventus inquietan a Bernd Schuster, que teme una "relajación" de su equipo y que el adversario italiano, "tan experto", se conjure ante tanta adversidad. "Será más difícil que si estuvieran todos", deslizó el técnico alemán antes del entrenamiento de anoche en el Comunale.

Una victoria en Turín dejaría al Madrid a un centímetro de la siguiente fase. Para ello, Schuster recupera a Robben, el único regateador puro de la plantilla, lo que capitaliza sobremanera al equipo. Es probable que el holandés, tan frágil, se mantenga de inicio en la sala de espera. Respecto al duelo del pasado sábado en el estadio Calderón, el trueque más previsible es el de Heinze, más defensivo, por Marcelo.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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