La vida se ve mucho mejor si se hace desde las alturas
Acostumbrado a ver la vida desde muy arriba, Fred Weis, quizá el hombre más alto que camina por Bilbao (2,17m.), no dudó un instante al elegir un lugar de la villa en que reside desde hace tres años: "El mirador del restaurante Kate Zaharra", uno de los templos gastronómicos de la ciudad, desde el que Bilbao parece una maqueta de Spielberg. Va aún más lejos: "Me gusta la terraza de arriba mas que las otras estancias [el restaurante tiene varias plantas], porque vale lo mismo y la vista no es igual. La bodega es fantástica, pero a mí me gusta el aire libre", reconoce.
El pívot francés (Thionville, 1977) del Iurbentia Bilbao Basket es un tipo difícil de clasificar: nada que ver con el estándar de los deportistas de élite y menos con el estereotipo francés.
El pívot del Iurbentia adora el barrio bilbaíno de Santutxu
Conoció el Kate Zaharra por casualidad. "Cuando gané la medalla de bronce con Francia en los Juegos Olímpicos, Txus Vidorreta [el entrenador del Iurbentia] me dijo que debía invitar a los compañeros. Le pregunté que dónde podía ser y me recomendó este lugar. Desde entonces, me enamoré de su cocina y, sobre todo, del mirador, de la terraza, de la vista general" sobre una ciudad que le apasiona.
¿Un sibarita? No necesariamente. Weis está enamorado del populoso barrio de Santutxu, donde vive. "No es un barrio, es un pueblo con metro, donde tengo todo lo que necesito. Me gusta hablar con las personas, con la chica que me vende el periódico, con el frutero, con la camarera, con la panadera. Más que de lugares, soy de personas. La grandeza está ahí, no en otras cosas". Los hechos lo demuestran. "Vivo en el piso de mi novia, de 60 metros cuadrados y soy feliz. No soy de los que piensan que se necesitan mucho metros para vivir. Mucha gente me decía que por qué no vivía en Indautxu o en Algorta. Porque soy feliz en Santutxu, y la felicidad no tiene metros cuadrados".
Con 2,17m parecería obvio deducir que el baloncesto era su destino natural. Pues no. "Llegué al baloncesto por herencia familiar. Mi padre jugó al baloncesto y mi hermana era internacional por Francia. Yo era un joven sin ninguna ambición por nada. Me metí en el baloncesto por contagio familiar y a los 18 años me di cuenta de que además era alto. Lo que tengo claro es que con ese precedente, el baloncesto me ha salvado la vida. Si no, sería lo más parecido a la actual generación sin expectativas".
Lleva ocho años en España, la mitad en Málaga y la otra mitad en Bilbao. Puede pedir, pues, la doble nacionalidad. "Igual lo hago, porque quiero seguir viviendo aquí, en el norte", apunta. "Esto es lo más parecido a Francia y estar en Bilbao es como tener todas las ventajas de España y Francia cerca".Santutxu y Bilbao entendidos al viejo estilo de los lugareños como lugares distintos. Santutxu para pasear, para vivir, y Bilbao para comer, especialmente los pinchos, su gran descubrimiento. ¿El mejor? Todo el que tenga chorizo o jamón. "Como dice Jenny, mi compañera: 'No sé cómo has podido vivir cuando no conocías el chorizo'. Bueno, y los chipirones".
Ama el cine, odia a quien se lo baja de Internet y le apasionan los negocios. La idea de Bilbao que le transmitió su padre, "una ciudad gris, sucia, industrial", se ha convertido en su adoración. Vamos, que quiere seguir siendo el que ve Bilbao desde lo más alto.
Guía para un plan
- Para comer. Weis lo tiene muy claro y, por si acaso lo trae apuntado, para que nada se olvide. Para comer, de plato y mantel tiene tres preferencias: el Kate Zaharra (Zabalbide, 221, Carretera a Santo Domingo; tlf. 94 446 13 47) "cuando tengo alguna celebración especial, algunos invitados especiales o un día señalado". También le gusta el Eneperi (San Pelaio, 80, Bakio; tlf. 946 194 320), "y si se trata de comer un chuletón, el Henao, 40" en Bilbao (tlf. 94 423 40 40).
- De pinchos: No todo son degustaciones sibaritas. Cuando se trata del menú del día le gusta el Don Angelo (Rodríguez Arias, 19; tlf. 94 421 93 00) porque como buen deportista adora la pasta. Los pinchos son su devoción "y para eso no hay nada mejor que el Mendia de Santutxu y los bares de la calle Diputación". No le gusta es el clásico pincho de Bilbao, "ese de huevo, langostino y mahonesa. Mejor los de jamón".
- De copas: "No soy de salir de noche, salvo en casos obligados", apunta. Recuerda haber ido alguna vez a Bluesville. (Telesforo Aranzadi, 1; tlf. 94 443 70 56).
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