Desobediencia poco cívica
Hace ya meses que vengo sintiendo pena y vergüenza ajena por la falta de respeto de las autoridades autonómicas hacia la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Asignatura que, por cierto, es perfectamente legal.
No entiendo cómo la autoridad educativa evidencia tal falta de civismo al amparar una objeción a la asignatura mediante el sabotaje esperpéntico de impartirla en inglés, cuando no dispone ni tan siquiera del personal que tal iniciativa requiere. Es más, la instrumentalización de la educación para la zancadilla política revela un profundo y radical desprecio de la acción educativa y de la dignidad de los que participan de un servicio tan esencial para la sociedad.
Puede que algún día el conservadurismo valenciano, carente de complejos y de otras virtudes, se arrepienta de tan flagrante promoción de la desobediencia civil a la legislación educativa. Se darán cuenta de que fueron ellos los que sentaron en su día este patético precedente.
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