El fontanero Joe irrumpe en la campaña
Los republicanos tratan de capitalizar los temores de un obrero de Ohio
Nadie sabía de su existencia hasta hace unos días y hoy incluso se conoce que practica la fontanería sin tener licencia. Joe Wurzelbacher, conocido ya planetariamente como Joe the plumber (Joe el fontanero), ha vivido sus 15 minutos de fama a los 34 años. Y lo ha hecho a costa de John McCain y Barack Obama, los dos candidatos que se disputan la Casa Blanca, al irrumpir su nombre más de dos docenas de veces en el último debate presidencial llevado a cabo la noche del miércoles (madrugada de ayer en España) en el Estado de Nueva York.
Si hace una semana Joe vivía una sosegada existencia a las afueras de Toledo (Ohio), desgranando las posibilidades de lograr el sueño americano mientras instalaba tuberías, desde ayer su teléfono no deja de sonar y las cámaras están instaladas a su puerta. La más larga campaña electoral de la historia cuenta de repente con un nuevo personaje: Joe el fontanero. A la nueva estrella mediática se la ha interrogado por su intención de voto, y de momento dice que esa información se la guarda para sí.
Un inocente acto de campaña ha catapultado al fornido, calvo y con perilla Wurzelbacher al estrellato. El fin de semana pasado discutió con Obama sobre su política impositiva mientras el senador por Illinois pedía el voto en Toledo. "Estoy a punto de comprar una empresa que factura entre 250.000 y 280.000 dólares anuales [entre 186.000 y 208.700 euros]", informó Joe al candidato demócrata. "Su nuevo plan impositivo me va a gravar mucho más, ¿no es cierto?". Obama concedió que podría ser así para después exponer las bondades del plan y, tras escuchar atentamente a Wurzelbacher, darle un apretón de manos y abandonar el lugar.
La campaña de McCain vio en el fontanero de Ohio la populista oportunidad dorada para atacar el socialismo de Obama y su intención de "expandir la riqueza". Y cuando la noche del miércoles el debate sumaba ya una hora de duración —sobre un total de 90 minutos—, Joe el fontanero seguía siendo el protagonista. La película El último voto (Swing vote, en su título en inglés), con Kevin Costner protagonizando a un hombre llamado a decidir la presidencia de EE UU, parecía hacerse realidad. Joe se convertía en el fontanero más famoso desde el Watergate.
"Joe quiere comprar el negocio en el que ha estado trabajando durante todos estos años", dijo McCain durante el debate, atacando el plan impositivo de Obama por perjudicar, en su opinión, a las pequeñas empresas. "Trabaja 10, 12 horas al día. Y quería comprar el negocio, pero vio tu plan impositivo y vio que iba a tener que pagar impuestos mucho mayores", añadió el candidato republicano.
¿La opinión de Joe? "Es surrealista, tío, oír tu nombre mencionado en una campaña presidencial".
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