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Crisis financiera mundial | Impacto en los mercados

El precio del petróleo cae a 66 dólares, el nivel más bajo desde mayo de 2007

Industria cree que el recorte tardará dos semanas en llegar a las gasolineras

El precio del petróleo cae. Lo hace con fuerza, de tres en tres dólares. Ayer, el barril de petróleo tipo brent -el de referencia en Europa- llegó a cotizar a 66,45 dólares, el precio más bajo de los últimos 16 meses. Muy lejos ya del pico al que llegó en julio (146,19 dólares), los precios del crudo han iniciado un slalom a la baja. Aunque las carreras de los precios de la materia prima y de sus derivados son muy distintas. Mientras el barril corre los 100 metros, las gasolinas y el gasóleo parecen correr pruebas de fondo. Los precios de los derivados también caen, pero despacio. Tanto que los consumidores ponen el grito en el cielo y obligan a pronunciarse al Ministerio de Industria.

La gasolina y el gasóleo se abaratan un 12,93% y un 15,27% desde julio
La OPEP adelanta al 24 de octubre la reunión prevista para noviembre

Sobre el distinto ritmo con el que bajan los precios del petróleo y de las gasolinas, el secretario general de Energía, Pedro Marín, aseguró ayer en el Senado que los efectos de las últimas caídas en los mercados internacionales tardarán en reflejarse en las gasolineras un par de semanas. Ello se debe, siempre según la explicación de Marín, a "variaciones relacionadas con las existencias y con los contratos de las compañías". Asumido el retraso, hay que asumir también que si el petróleo cae, gasolinas y gasóleos lo harán en menor medida. La razón: cerca del 50% del precio final de los combustibles de transporte corresponde a impuestos. Por ello, no hay que esperar que una caída del 20% por ejemplo en el precio del petróleo se traduzca en descensos de la misma proporción en las gasolinas.

Así que, en un par de semanas, día más día menos, los consumidores notarán de verdad que los precios han bajado. Porque los descensos de las últimas semanas, céntimo a céntimo, no han acabado con la sensación de que las gasolineras se dan mucha prisa en subir los precios y muy poca en bajarlos, aunque toque.

Lo cierto es que, los precios de la gasolina (sin plomo de 95 octanos) han caído en el último mes un 6,2%. El litro de este combustible se vende a una media de 1,111 euros. Es un precio prácticamente idéntico al que tenía en enero pasado, según los datos del último Boletín Petrolero de la UE, correspondiente al lunes.

Por su parte, el gasóleo (el combustible que utiliza la mayor parte del parque automovilístico español), tiene un precio medio de 1,12 euros, el mismo que marcó a principios de abril. Así, el litro de gasóleo acumula una caída del 4,07% desde que comenzó el año y del 5,5% en el último mes.

Desde que la gasolina y el gasóleo marcaran precios máximos (el 14 de julio costaban 1,27 y 1,32 euros por litro respectivamente), los descensos acumulados son del 12,93% y del 15,27% para cada uno de los combustibles. Es una rebaja apreciable, aunque como dijo ayer Marín "hay una creencia popular de que hay desfases en la evolución de precios de uno y otro producto, pero no hay evidencia clara de que exista una divergencia".

Lo que sí parece claro es que el precio del crudo se ha situado en una cuesta abajo. El miedo a la recesión; el recorte en la previsión de aumento de la demanda efectuado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y datos como el aumento de las reservas en EE UU (subida de 5,6 millones de barriles, hasta superar los 308 millones), empujan a la baja las cotizaciones que hace unos meses acogieron una espectacular fiebre especulativa.

El futuro para los productores -lo ha reconocido incluso el presidente venezolano Hugo Chávez- no es tan halagüeño como parecía hace apenas unos meses. En su informe mensual de octubre, la OPEP ha estimado que la demanda mundial de crudo se situará en 2008 y 2009 en 86,45 y 87,21 millones de barriles diarios, respectivamente, lo que supone un crecimiento del 0,64% y del 0,87% para los dos años, frente al 1,02% y 1% previsto.

Ante el horizonte de menor consumo de petróleo y de caída de precios en los mercados internacionales, los ministros de la OPEP han decidido adelantar al próximo 24 de octubre la reunión extraordinaria prevista para el 18 de noviembre. Se trata de tomar medidas para cortar la hemorragia. La más fácil, y por la que apuestan los expertos, es un posible recorte de la producción, con todo lo que ello conlleva en un mercado como el del crudo, marcadamente especulativo.

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