Gamberrismo en autobuses
Asisto estupefacto a uno de los innumerables incidentes provocados durante estas fiestas del Pilar en los autobuses de TUZSA en Zaragoza, esta vez repleto de seres rebosantes de alcohol subiendo como borregos al autobús por todas las puertas disponibles del mismo.
Me percato de cómo insultan y escupen impunemente al conductor y cómo éste, cargado de una mezcla de paciencia y miedo ante la masa desbordada, aguanta mientras solicita ayuda para poder frenar el ansia destructora de esta juventud indomable con una mezcla de indefensión e impotencia.
Me consta que se solicita ayuda a TUZSA, a la policía nacional y a la Policía Local. A estos últimos nunca se les vio aparecer.
Ante esta situación, yo pregunto: ¿De qué sirve, señora Dueso, tener decenas de autobuses circulando, únicamente para que no se le quejen los borrachos o los de las peñas, si luego no garantiza la seguridad a los conductores? ¿De qué sirve, señor Belloch, tener un grupo especial llamado UAPO si no son capaces de garantizar la seguridad de los ciudadanos? ¿Para qué nos sirve la Policía Local si no atiende las llamadas de urgencia pero sí acuden "prestos" a demostrar su autoridad ante los conductores que aparcan en doble fila? Y con esto no quiero decir que la Policía Local eluda estas situaciones complicadas, sino que está muy mal dirigida y, sobre todo, muy mal definidas sus competencias.
En definitiva, este año, aun a pesar de que hay muchos más autobuses que el año pasado, sigue sin garantizarse la seguridad de los conductores de TUZSA.
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