"¿Cómo es jugar en Las Ventas?"
Federer muestra a Nadal su buena sintonía personal ante el Masters de Madrid
Roger Federer llegó a Madrid asaltado por dudas taurinas. "¿Cómo fue jugar en una plaza de toros?", le preguntó a quien mejor podía saberlo. "Lo vi por televisión y me pareció espectacular. ¿Cómo era el ambiente?", insistió refiriéndose al templo de Las Ventas. Preguntó Federer y, al otro lado de la conversación, una vez superado el espectáculo de gritos y recias palmas con los que la grada se entregó al suizo -"¡Roger!"-, apareció Rafael Nadal, que hoy debuta ante el letón Gulbis (20.00, La 2 y Teledeporte). Fue un momento de alegría. Alegría del público por ver a dos megaestrellas juntas. Alegría de los tenistas por reencontrarse. Y alegría de la organización, que midió ese instante del sábado en las pistas de entrenamiento como el mejor impulso para el Masters de Madrid. Los dos jugadores hablaron en inglés sobre Las Ventas; sobre Dubai, donde reside Federer, y sobre el estadio de hockey hielo en el que el número dos lideró la victoria de Suiza sobre Bélgica en la Copa Davis.
La grada recibe al tenista suizo con un espectáculo de gritos y palmas
"Rafa", explicó ayer Federer, "se lo merece". "Ya ha jugado como número uno en España durante la Davis... Creo que debe haber sido una gran sensación para él. Yo sentí lo mismo en 2004. Ha vuelto a España siendo campeón olímpico. Es muy especial poder compartir eso con tu país..., pero voy a darlo todo para recuperar el número uno".
El encuentro del sábado fue breve e informal y dio motivo a un comentario conjunto del equipo de trabajo del mallorquín: "Se lo merece", dijeron sobre el estruendoso recibimiento al suizo. Resulta que Madrid no es sólo de Nadal. Aun así, cada paso suyo produce un seísmo. "Cada vez que Rafa gana un trofeo, al lunes siguiente se nota un empujón fuerte de venta de entradas", cuentan desde la dirección del torneo, que vio cómo Federer no confirmaba su presencia hasta el último minuto y reclamaba un hotel distinto al del resto. "Una semana antes de que comenzáramos, con entradas aún a la venta, ya habíamos batido nuestro récord de 136.000 espectadores". Es la tormenta Nadal.
Hace tres semanas, el campeón tuvo la ocurrencia de levantarse durante un partido para ir al vestuario. Aquello sucedió en la plaza de toros de Las Ventas, quizás frente a los ojos de un telespectador llamado Federer. Y en cuanto se levantó de la silla el público se olvidó del partido de dobles para corear su nombre. "A mí no me impresiona mucho", razonó entonces Toni Nadal, su técnico, recién recuperado de los empellones con los que un guardia de seguridad le había separado de su sobrino. "He vivido el ver a [Carlos] Moyà en el centro, que estuviera [Juan Carlos] Ferrero... Han dejado de ser el centro [de atención]. Rafael también dejará de serlo. Yo se lo digo. Él lo sabe. Sabe lo de 'cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar'. Evidentemente, cuando estás arriba... Al público le gusta ganar. Y aplaude más a los que ganan". Nadal asegura victorias. Federer, que debutará el miércoles contra el checo Stepanek, también. Madrid sueña con que ambos jueguen su final.
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