Coches para discapacitados

Al principio fue Talleres Antonio, un pequeño negocio de reparación de vehículos abierto en el Getafe de los años ochenta por Antonio Soriano, el patriarca familiar. Después, Tiberauto, un concesionario de coches de las marcas Chrysler, Jeep y Dodge. Y por último, desde 1996, Rehatrans, una firma especializada en la transformación de vehículos para personas con movilidad reducida que Óscar Soriano y su hermana Olga dirigen. "Ella lleva la parte financiera y de recursos humanos, mientras que lo mío es el trato con las marcas, la posventa, la gestión comercial y las relaciones públicas", asegura Soriano.

El empresario calcula que "sólo en España viven unos dos millones y medio de personas que padecen algún tipo de discapacidad. De ellas, tan sólo unos 100.000 conducen un vehículo equipado con algún tipo de adaptación, y de estas últimas, tan sólo una exigua minoría puede afrontar el coste aproximado de 24.000 euros que cuesta un joystick con tecnología Space Drive (un dispositivo móvil de fabricación alemana y similar al mando de un videojuego que marca la dirección y controla el motor del vehículo, y que Rehatrans comercializa en exclusiva para España)". Unos números que no dejan negocio para muchos operadores, en su opinión.

Con una larga carrera profesional, desarrollada principalmente en Acerinox, donde asegura que tuvo la oportunidad de trabajar y vivir durante ocho años en Reino Unido, Holanda y Bélgica. Y donde le ofrecieron la posibilidad de trasladarse a Singapur, que rechazó porque "mi mujer y yo queríamos formar una familia, así que decidimos regresar", recuerda.

Sobre la mesa, comunicados y recortes de prensa que hablan de la baja de las ventas de automóviles en España, "un recorte que afecta a todas las marcas y también a Rehatrans". Sin embargo, en vez de lamentarse y pensar que la única solución son los despidos, "ahora que hay más impagos, ¿por qué no reforzar el departamento de cobros con gente procedente de otras líneas de la empresa?". O sea, que toca innovar, y en ello están en la compañía: "Entre otras medidas, hemos puesto en marcha un sistema de autoevaluación de los empleados". Esto significa que cada uno de los trabajadores, "empezando por los directores comerciales y de producción, los encargados de llevar el día a día de la empresa", evalúa el grado de desempeño de sus tareas. "Así, todos tenemos claros los objetivos de nuestro trabajo".

Se hacen evaluaciones personales y también cruzadas, entre empleados de similar escalafón. "Tú le dices a tu colega lo que crees que tiene que mejorar en su trabajo y viceversa. Y se produce un debate y una mejora de la calidad y de la productividad. Sólo puedo decir que funciona", asegura Soriano, añadiendo que tiene su impacto en la cuenta de resultados: "De facturar 300.000 euros a 3 millones en apenas seis años. Aunque hemos de reconocer que nos han ayudado elementos externos, como la buena marcha de la economía, el aumento de las indemnizaciones por accidentes de tráfico, la Ley de Dependencia, etcétera".

Con la buena comunicación interna que se respira en los talleres y los despachos de la compañía, Rehatrans tiene "el objetivo de convertirnos en la Mercedes o El Corte Inglés de la automoción para discapacitados, aportar algo diferente a personas que tienen la necesidad de hacer una vida lo más normal posible". Ésa es la carretera por la que circula esta empresa. -