Activos seguros
El colapso de los mercados está acentuando la discriminación de riesgo sobre el conjunto de activos, sancionando de manera contundente a los demandantes de crédito, tanto en términos de precio como en liquidez. Si bien la desconfianza y la incertidumbre sobre la solvencia de ciertos modelos de negocio justifican este fuerte deterioro de las condiciones para los prestatarios privados, los emisores de riesgo soberano y cuasi-soberanos no han sido ajenos a estas correcciones al alza de los diferenciales.
Los márgenes fijados actualmente por el mercado de deuda de las administraciones públicas no responden tanto a una asignación efectiva del nivel de riesgo como más bien al reflejo del incremento de los costes de financiación y de las restricciones de liquidez de las entidades de crédito, que en buena medida son sus principales financiadores. En el caso español, incluso el Tesoro está pagando costes financieros por encima de los tipos interbancarios.
El colapso de los mercados está acentuando la discriminación de riesgo sobre el conjunto de activos
Desde luego, puede argumentarse que esta penalización se explica, ya no sólo por una caída de sus recursos tributarios, sino también por la percepción de posibles actuaciones heterodoxas para contrarrestar los fallos en el mercado de crédito y la falta de demanda en la actividad económica. En este sentido, las intervenciones de los principales gobiernos para facilitar liquidez y capital a las entidades de crédito están imbricando cada vez más al sector público con los riesgos del sector financiero. Tampoco puede obviarse que la flexibilización de los mecanismos de estabilidad presupuestaria permitirá aumentar el saldo de deuda autonómica en 10.000 millones de euros después de que el Consejo de Política Fiscal y Financiera aprobara a las comunidades autónomas financiar con pasivos financieros hasta un 1% de déficit en 2009.
No obstante, los niveles de deuda sobre el PIB de las regiones españolas siguen siendo moderados. Si consideramos el conjunto de administraciones, esta cifra probablemente se situará el próximo año algo por encima del 40% del PIB. Este nivel ni representa una cifra inquietante ni cuestiona la solvencia del sector público español. A pesar de este incremento de la prima de riesgo, se trata de un comportamiento anómalo que aumenta el atractivo de este tipo de activos seguros para los inversores, y que deberá corregirse en el tiempo. -
César Cantalapiedra y Johanna M. Prieto son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI).
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