La demolición de Carabanchel
El Gobierno de España publicita a bombo y platillo la Ley de Memoria Histórica y al mismo tiempo, en el máximo silencio, quiere demoler la cárcel de Carabanchel. El objetivo: construir pisos.
Imagino qué diríamos si por la misma razón el Gobierno alemán destruyera Buchenwald o el polaco Auschwitz. Aquí no pasa nada. Y es triste porque Carabanchel es el gran teatro de la memoria histórica de España. El edificio es sobrecogedor, único, espectacular.
Su estructura está perfectamente conservada. La cúpula central es la más grande de Madrid junto a la de San Francisco el Grande. Con un poco de imaginación, el edificio podría rehabilitarse y convertirse en un lugar extraordinario, como ha ocurrido con el antiguo Matadero de Madrid. Y en un barrio que lo necesita. Pero el deseo de enriquecerse de nuestros políticos parece más fuerte que cualquier consideración de interés público.
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