Todo un siglo sin proyección
El Cervantes reivindica en una muestra el cine español de los últimos 100 años
A la entrada, Concha Velasco recibe al público abierta de piernas, en postura insinuante (mucho más que una chica yeyé). Con esa foto de la actriz, recortada casi a tamaño real y en blanco y negro, comienza la exposición Cine español, una crónica visual, que se inaugura hoy en el Instituto Cervantes de Madrid. Permanecerá hasta el 11 de enero en esa institución y luego viajará a Nueva York, Sidney, Manila... Recorrerá el mundo con la ambición de dar a conocer el séptimo arte realizado en España. Un total de 120 fotografías en orden cronológico, década a década, y con un montaje serpenteante como la cinta de una película, conforman la muestra, junto a 30 carteles y una proyección (Cerca y lejos, imágenes del cine español).
La exposición viajará más tarde a Nueva York, Sidney y Manila
Borau: "Los españoles nos caracterizamos por ser enemigos de nosotros mismos"
Así que, a falta de distribución, buenas son tortas. Lo dijo así de claro, ayer en la presentación de la exposición, Antonio Nicolau, director de relaciones culturales de la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional): "Que el cine [español] no sólo se haga, sino que se vea". Desde la agencia se contribuirá a que la exposición ruede de un país a otro. Nicolau ponía el dedo en una de las llagas de la industria cinematográfica española: "Falta apoyo a la distribución y nosotros vamos a trabajar en ello", partiendo de la base de que el cine es la mejor manera de promocionar un país. Lo decía en medio de una presentación de lo más emotiva en la que a Carmen Caffarel, directora del Cervantes, se le saltaban las lágrimas mientras pronunciaba su discurso al acordarse (sin nombrarlo) de su padre, José María Caffarel, actor en 160 películas españolas y extranjeras.
La emoción no acabó ahí. El cineasta José Luis Borau, que prologa el libro del historiador y crítico de cine Jesús García de Dueñas -Cine español, una crónica visual, editado por Lunwerg- en el que se basa esta muestra, puso de relieve la falta de proyección internacional del cine autóctono: "Esperemos que esta exposición sirva para dar una imagen del cine español fuera". Y se atrevió, con la autoridad y la sabiduría que dan los años, a esgrimir la razón por la que "nuestro cine" se atranca en la frontera: "Los españoles nos caracterizamos por ser enemigos de nosotros mismos. Vemos una película americana que no nos gusta y decimos que es mala, pero vemos una cinta mala española y decimos 'Qué malo es el cine español'. Es injusto. Espero que esta muestra sirva para abrir los ojos". Y sentenció: "Porque la estulticia siempre es más grave que la injusticia".
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