Abertis continúa en la brecha
El grupo sigue la batalla internacional tras el chasco en Pensilvania
Estados Unidos se le resiste. Abertis se llevó el pasado mayo un proyecto de altura en este país gigantesco. El Estado de Pensilvania le escogió junto a Citi y Criteria para gestionar durante 75 años la autopista que une Filadelfia y Pittsburgh, por la que pasan 35.000 coches diarios, por 12.801 millones de dólares (9.310 millones de euros). El proyecto reportaba varios valores al grupo que pilota Salvador Alemany: suponía una pica importante en el incipiente proceso de privatización de autopistas de Estados Unidos, el mayor mercado del mundo, ya que la Pensilvania Turnpike era la mayor vía que externalizaba hasta ahora. Y ampliaba la vida media de sus concesiones de 18 a 28 años.
El proyecto se acaba de ir al traste. Al menos, en los términos en los que se planteó en un principio. Pero el grupo asegura puede volver a presentar oferta por Pensilvania en el futuro y que, en general, va a seguir intentando gestionar infraestructuras en el mercado estadounidense, donde los procesos de privatización se presumen inevitables a medio plazo, dados los déficits que acumulan algunas obras. Abertis, controlado por ACS y La Caixa, ya explota algunos aeropuertos en Estados Unidos y estudia con interés otros concursos pendientes, como el de la autopista de Florida.
En las carreteras de este mercado, de momento, ha tocado hueso. Primero, porque en los concursos públicos americanos el precio de las ofertas primaba sobre el plan industrial mucho más que en otros países, y los grupos financieros salían favorecidos en las pujas, con una Abertis reacia a pagar lo que consideraba sobreprecios por algunas infraestructuras, como en la batalla por la Chicago Midway o la autopista de Indiana.
Proyectos pendientes
Por ejemplo: la autopista Chicago Midway fue pagada por Cintra y Macquarie por 63 veces el beneficio operativo que genera la vía, mientras que la de Pensilvania Abertis pactó un precio de 30 veces el Ebitda. Y ahora, cuando la crisis financiera había más que moderado el apetito comprador del capital riesgo y llegaba la hora del inversor industrial, el calendario de la normativa americana, con las elecciones presidenciales como telón de fondo, y el derrumbe de los mercados han aguado la fiesta en Pensilvania. A diferencia de lo que es habitual en Europa, los legisladores pensilvanos debían aprobar el cambio legislativo que hiciese posible la privatización después de la adjudicación del concurso.
Pero la polémica que desató la medida -la enajenación por 75 años iba ligada a un incremento paulatino del precio de los peajes en un país que, pese a lo liberal, tiene poca cultura de peajes- y la coincidencia con otros asuntos delicados en el Estado, como la reforma energética, han retrasado la votación hasta el próximo mes de enero, cuando se retoman las sesiones legislativas.
Cuatro meses después de ganar el concurso, y con un paisaje financiero que nada tiene que ver con aquél, Abertis ha decidido no prorrogar su oferta económica con los avales bancarios correspondientes.
"Estar pendientes de esto nos hacía tener bloqueada una serie de recursos en un momento en que pueden salir otras oportunidades en el mercado", explican fuentes de la compañía, que ha invertido más de 8.000 millones en los últimos cuatro años.
Algunas de estas oportunidades tienen nombres y apellidos y se extienden geográficamente a Estados Unidos, México, América Latina, Europa y la India. El grupo estudia pujar por la tercera fase de privatización de autopistas en México, que sumará entre 2.000 y 3.000 millones de dólares, así como las de Turquía (unos 3.000) y otra en Puerto Rico (2.000). En el sector aeroportuario, el grupo pretende pujar por el aeropuerto de Praga, que saldrá a concurso en 2009, así como por los aeropuertos regionales de Francia. En cuanto al aeropuerto londinense de Gatwick, que Ferrovial ha puesto a la venta, no ha tomado ninguna decisión. Otro proyecto en el horizonte es la privatización de ANA, la gestora de aeropuertos de Portugal.
En la India, la compañía está estudiando cuatro pequeños proyectos para gestionar autopistas ya construidas por unos 300 o 400 millones de euros y mira con atención todo lo que ocurre en Brasil y China.
También aprovechará la venta de activos de la concesionaria de autopistas Itínere, por parte de Sacyr, si Citi acaba comprándola. Abertis tiene interés en hacerse con el 50% que no controla en la autopista vasco-aragonesa Avasa, más el 50% y el 73% de las chilenas Rutas del Pacífico y El Elqui.
El grupo también ha dejado la puerta abierta a reintentar reemprender la batalla en Pensilvania. El gobernador de Pensilvania, el demócrata Ed Rendel, que escogió el consorcio de Abertis para la autopista, pretende seguir adelante con la votación en enero, aunque la oferta ya no exista, para facilitar que Abertis lo reintente.
Abertis se ve mejor posicionada que cualquier hipotético rival futuro por todo el trabajo realizado en el terreno y puso en marcha su propio lobby o grupo de presión para convencer a los políticos y ciudadanos pensilvanos de que el leasing era la mejor opción para financiar las mejoras en la autopista.
La cuestión es si Abertis volverá a encontrar la financiación necesaria para asumir el pago. En la primera oferta, el consorcio acordó poner el 41,4% del dinero necesario en capital. Y el 58,6% restante pensaban pagarlo mediante deuda bancaria contraída con entidades como JP Morgan, hoy en pleno torbellino; UBS, contaminado por las hipotecas tóxicas; Royal Bank of Scotland, Banesto y La Caixa, entre otros.
"En estos momentos encontrar recursos es más complejo para todos, por el precio del dinero para empezar, pero hay que recordar que la firma de la financiación para la oferta, el pasado mayo, ya fue en época de dificultades financieras", explican fuentes de Abertis.
Además, el grupo recuerda que el chasco en Pensilvania le permite un ahorro de 3.000 millones de euros, y que el propio flujo de caja generado (de 1.345 millones de euros en 2007 y de 668 millones en el primer semestre de 2008) dará alas a los proyectos. Sólo con el cash flow, el grupo explicó que entre 2007 y 2011 sería capaz de invertir entre 10.000 y 11.000 millones. -
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