Las prioridades de Castedo
La flamante alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, del PP, afronta escasos dos años y medio que le restan de mandato antes de refrendar el cargo en las urnas con la "urgencia" de zafarse de la alargada sombra de su mentor, el ex regidor Luis Díaz Alperi, y dotarse de un sello propio. A Castedo no se le escapa que el urbanismo es un excelente escaparate para empezar a labrar su impronta. En este terreno, la regidora se ha marcado tres prioridades: la remodelación de la denostada plaza del Ayuntamiento; la reforma de la obsoleta estación de autobuses, y la colocación de la primera piedra de la frustrada aspiración de su antecesor, el palacio de Congresos en el barrio de La Sangueta.
Las iniciativas no son de gran calado urbanístico, salvo la del palacio, y delatan la apuesta de Castedo por moldear la cara de la ciudad. La plaza consistorial ha devenido en las últimas décadas un coto privado para aparcamiento de coches oficiales, los cargos de corporación y el vecino palacio de la Audiencia. Los turistas que transitan por el espacio se ven obligado a caminar por un laberinto de coches, y muchos optan simplemente por rodearla.
El entorno de la plaza de autobuses, en la frontera con el centro histórico de la ciudad es otro de los enclaves más deteriorados de la capital. Para ambos proyectos, la alcaldesa ha convocado ya un concurso de ideas. Mientras, en lo que toca al palacio de congresos, la aspiración de Castedo, consciente de la envergadura económica del proyecto, se limita a dar el pistoletazo para que arranquen las obras.
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