Darse de baja
La Iglesia, como si de una operadora de telefonía móvil se tratara, pone todas las trabas del mundo para darse de baja. Yo fui bautizado y según el Supremo soy católico quiera o no quiera. Soy agnóstico pero me resigno. Y en las estadísticas que manejan los ecónomos para cobrar sus subvenciones figuraré como católico, apostólico y romano.
Pero mis hijos, al igual que gran parte de su generación, no pasarán por el aro. Entonces, la Iglesia no podrá manipular su número de fieles y, como si de una operadora de telefonía móvil se tratara, no le quedará más remedio que subir sus tarifas para subsistir.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.