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Reportaje:

San Sebastián se repiensa

La ciudad celebra la primera reunión para diseñar la candidatura a Capital Europea de la Cultura

San Sebastián tiene ante sí el reto de repensar la ciudad e innovar su vida cultural, con el objetivo de intentar convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2016. Ante este desafío, el filósofo Daniel Innerarity apostó ayer por aprovechar la candidatura para hacer de San Sebastián "una ciudad de la diferencia", en la que la convivencia, el respeto al diferente y la ciudad como escuela de ciudadanía sean auténticos referentes.

Innerarity participó en los primeros encuentros sobre la candidatura San Sebastián 2016, a los que acudieron tanto ciudadanos de a pie como gente vinculada al mundo cultural, económico y social. El profesor de Filosofía de la Universidad de Zaragoza e invitado de la Universidad de la Sorbona tiene claro que "el gran enemigo" para hacerse con el título es "lo bien que le va y la gran cantidad de cosas que tiene". Por eso, abogó por no detenerse demasiado en la oferta cultural que ya existe, por convertir esta candidatura en "un instrumento para la insatisfacción", a fin de mirar al futuro e innovar.

Los políticos apuestan por la creación y la innovación cultural
Innerarity: "El gran enemigo es lo bien que le va y las cosas que tiene"

Premio Nacional de Ensayo en 2003 y Premio Eusko Ikaskuntza de Humanidades y Ciencias Sociales en 2008, Innerarity expuso algunas de las líneas de trabajo que se deberían seguir. Es preciso abundar en la idea de "ciudad plural" y el concepto de euskal hiria (ciudad vasca), de manera que San Sebastián mire al resto del territorio guipuzcoano y vasco.

Es más, Innerarity instó a aprovechar la condición de ciudad marítima de San Sebastián, de forma que podría volcarse en América. "Es preciso mostrar" que a la ciudad "le interesa el mundo, que su espacio de actuación no es simplemente lo local". En esa línea, el filósofo propuso que San Sebastián se postule para acoger el próximo año "una reunión del grupo de alto nivel para la Alianza de Civilizaciones".

El autor de libros como La transformación de la política y El nuevo espacio público incidió además en la necesidad de hacer de San Sebastián "una ciudad creativa, con pasión por la innovación". Habrá que discutir además de "la innovación de la innovación", señaló. Porque defendió que, junto a los ámbitos tecnológico, económico o industrial, se extienda al "mundo de la cultura, las letras, las humanidades, las relaciones sociales, las formas de gobierno..."

La participación ciudadana y lograr un espacio público "sostenible" son otros de los aspectos a trabajar, según apuntó ayer el filósofo, quien tiene claro también que no se trata de presentar un proyecto cultural "de mero consumo y espectáculo", sino "que sirva y forme a la gente".

A Innerarity le precedió en la palabra el director del Plan Estratégico de San Sebastián, Kepa Korta, quien recorrió algunas de las ciudades que han sido o han optado a la capitalidad cultural desde 1985, año en que la Unión Europea creó el título. "El objetivo es ganar", pero "sólo el hecho de recorrer el camino debe ser una aportación para la ciudad".

Elorza apela a emplear la "imaginación"

Todos los implicados resaltan la importancia de la participación ciudadana al cerrar un proyecto que consiga el título de Capital Europea de la Cultura, pero los políticos fueron los primeros en hablar ayer en los encuentros sobre la candidatura San Sebastián 2016. Al menos, las cuatro instituciones representadas (el Ayuntamiento, la Diputación, las Juntas Generales y el Gobierno vasco) hicieron piña en favor del proyecto.

El alcalde donostiarra, Odón Elorza, insistió en que es un reto presentar con acierto una candidatura, que requiere "imaginación", "subir la apuesta" de la "intensa" vida cultural que ya existe y sacudirse "las tendencias conservadoras".

"Podemos hacer más, sobre todo en el campo de la creatividad y la producción artística", recalcó. Y puso sobre la mesa algunas propuestas, como conectar y acercar al público joven a algunos eventos y festivales, producir programas transversales conjuntos entre los diferentes festivales y Tabakalera, ampliar las actividades de danza e intercambiar y producir programas en red con equipamientos y colectivos culturales de otras ciudades europeas.

Apostó también por "reinventar" Arteleku y dinamizar con nuevas ideas las casas de cultura. Elorza entiende la candidatura como una herramienta que puede contribuir a ganar la paz. Pretende pues incorporar más centros escolares a los programas de cultura de paz.

El diputado general, Markel Olano, subrayó también la necesidad de apostar por la creación y la innovación cultural y destacó "el liderazgo compartido" entre todas las instituciones que debe rodear la candidatura. La presidenta de las Juntas Generales, la socialista Rafaela Romero, incidió en la necesidad de ese "esfuerzo común" y de la implicación ciudadana. Y remarcó que San Sebastián quiere ser capital de la cultura porque "se trata de una manifestación que consigue que las ciudades se transformen". El viceconsejero de Cultura, Gurutz Larrañaga, insistió en que "el propio viaje será enriquecedor".

Tras los políticos intervinieron Korta e Innerarity. Ya por la tarde, intervinieron en una mesa redonda el presidente del Consejo Social de San Sebastián, José Luis Basoko; la escritora Luisa Etxenike; la directora de Arco, Lourdes Fernández; el director de Tabakalera, Joxean Muñoz, y la directora de Gesto Natura, Shole Martín. La cita continúa hoy.

Las claves del reconocimiento europeo

- Hace 23 años. La idea de designar cada año a alguna ciudad como Capital Europea de la Cultura fue concebida para contribuir al acercamiento de los pueblos europeos. El Consejo de Ministros de la Unión Europea propuso este título en 1985.

- 2008. Este año las dos capitales culturales son Liverpool (Reino Unido) y Stavanger (Noruega).

- Dentro de ocho años. En 2016 le toca el turno a una ciudad de Polonia y a otra española. San Sebastián tiene por ahora 14 ciudades rivales, entre ellas Santander y Córdoba.

- Calendario. Las ciudades interesadas pueden presentar su candidatura hasta finales de 2009. Una vez formalizada, deberán avanzar en diez meses un enfoque general del programa previsto. A finales de 2010, un jurado compuesto por seis miembros del Estado correspondiente y siete representantes de instituciones europeas realizarán una preselección de aspirantes. En septiembre de 2011, cada uno de los dos países decidirá qué ciudad presenta. El Consejo de Ministros de la UE designará a la ganadora en 2012.

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