Las autoridades belgas se movilizan para salvar a Dexia tras el rescate de Fortis
El Gobierno central y los regionales están dispuestos a inyectar 7.000 millones
Tras la crisis de Fortis, el gigante de bancaseguros franco belga Dexia acaparó ayer la atención al desplomarse en Bolsa un 29% entre dudas sobre la necesidad de una inyección de capital. Dexia, cuyo lema es "el corto plazo no tiene futuro", se ha visto duramente afectado por la crisis.
El primer ministro belga, Yves Leterme, anunció ayer un plan de salvación para este grupo tras la nacionalización parcial acordada el domingo por la noche para salvar a Fortis. La operación de reanimación de Dexia prevé aumentar su capital en unos 7.000 millones que serían aportados por el Gobierno y las regiones belgas y accionistas particulares. La entidad fruto de la fusión de las cajas municipales francesas y comunales belgas tiene una capitalización bursátil de unos 8.000 millones y ocupa a más 35.000 personas en cerca de 40 países.
El ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, quiso tranquilizar ayer a los ahorradores asegurado que lo que "hemos hecho con Fortis estamos dispuestos a hacerlo con Dexia". La verdad sin embargo, es que el plan de salvación de Fortis no evitó ayer que sus acciones se desplomasen 23% a pesar de su nacionalización, mediante la compra del 49% de sus divisiones bancarias en Bélgica, Holanda y Luxemburgo, por sus respectivos Gobiernos, lo que implicó una inversión de 11.200 millones de euros. Esta inyección de capital será aportada por Bélgica, 4.700 millones; Holanda, 4.000 y Luxemburgo, 2.500 millones.
El portavoz de la Comisión Europea, Johannes Laitenberger, reconoció que "la situación era muy difícil", pero señaló que las medidas adoptadas con Fortis, demuestran que el sistema europeo "funciona y está a la altura del desafío". El portavoz de Competencia, Jonathan Todd, indicó que como las adquisiciones se habían realizado a precio de mercado no puede hablarse de ayuda de Estado.
Bruselas considera que la inversión debe contabilizarse como un aumento de la deuda sin impacto en el déficit público.
La Comisión Europea sigue los cuatro criterios de la hoja de ruta diseñada el pasado octubre: reforzar la transparencia; aumentar las reglas de prudencia, reforzando los capitales de las instituciones; mejorar la gestión del riesgo y potenciar la convergencia en la regulación internacional. Para mañana está previsto que la Comisión presente una directiva para reforzar el capital de las instituciones financieras y para más adelante se prevé otra norma sobre las agencias de calificación, muy criticadas en la presente crisis.
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