El siglo XX contra el XXI
Las imágenes resaltan la brecha generacional de los aspirantes
El pugilato de la noche del viernes entre los dos candidatos a la presidencia de EE UU, John McCain, de 72 años, y Barack Obama, de 47, recordó, en algunos aspectos, el careo televisivo del 26 de septiembre de 1960, entre el republicano Richard Nixon y el demócrata John F. Kennedy: el pasado contra el futuro. Pero no sólo las divergencias conceptuales y las formas de entender el mundo y solucionar sus conflictos distanciaron a los contendientes. Las brechas imposibles de disimular fueron la generacional, la pugna entre los siglos XX y el XXI, y la física. Las imágenes servidas desde el auditorio de la Universidad de Misisipi resaltaron la ancianidad de McCain y la juventud de Obama.
El senador de Arizona, erguido los 97 minutos del debate, sin acusar cansancio, ni incomodidad, no desconoce que su edad, y los achaques propios de la senectud, preocupan a los electores norteamericanos pues la Casa Blanca exige brío. Aprovechó los primeros tanteos para salir al paso:
?Hace 10 días, John dijo que los fundamentos de la economía eran buenos ?había comenzado Obama, mirando a la cámara.
?Dígaselo directamente a él, ?pidió el moderador.
Dirigiéndose a McCain, Obama repitió: "Bueno, John, hace 10 días dijiste que los fundamentos de la economía eran sólidos".
El septuagenario no respondió a su rival, sino que preguntó al moderador: "¿Tenías miedo de que no pudiera escucharle?".
No hubo problemas de audición, ni ninguno de los dos candidatos repitió los errores de Nixon hace 48 años, cuando compareció crispado, sudoroso, retorciéndose las manos frente a un adversario sereno y desenvuelto. Una encuesta de Gallup determinó entonces que los norteamericanos que vieron el debate por televisión declararon vencedor a Kennedy y quienes lo siguieron por la radio optaron por Nixon. Los trajes y maneras de Obama y McCain fueron sobrios, sin estridencias, ni aventuras gestuales. Todo lo más, cáusticas o condescendientes sonrisas de perdonavidas, y educadas interrupciones. El senador negro de Illinois se impuso en la elección de corbatas: sólidamente roja sobre camisa blanca. McCain se anudó una que hacia aguas: las rayas eran tan finas que bailaban, según detectaron expertos en telegenia.
El republicano hizo poco por rejuvenecerse: "Kissinger [Henry Kissinger (1923), ex secretario de Estado] ha sido mi amigo durante 35 años"; es decir, desde que Obama tenía 12 años. Difícilmente habrá conectado con sus compatriotas más jóvenes. ¿Pero quién pareció más comandante en jefe? Pues depende del mando que haya de ejercerse. En la economía, Obama fue más convincente, pero McCain, hijo y nieto de almirantes, piloto de guerra, ducho en asuntos de seguridad, probablemente bombardearía mejor Irán.
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