EB niega que la propuesta fuese rupturista o secesionista

La intervención del portavoz de EB, Oskar Matute, trató de poner de relevancia el perfil de izquierda de las políticas desarrolladas desde el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales, que esta formación gestiona. Matute se internó en su discurso en las causas internacionales de la crisis y culpó al sistema capitalista como tal de ella. También reclamó una mesa de partidos.

Matute admitió que el pleno de ayer tenía "mucho de balance" y recordó los últimos atentados para recalcar que la presencia de ETA exige combatirla, pero "no estrechando la democracia, sino ensanchándola". Matute defendió el diálogo como instrumento político y lamentó que ninguno de los intentos de los diferentes gobiernos haya tenido éxito.

Como uno más de ellos y como una tentativa de cortarle a los violentos la posibilidad de seguir tendiendo "una cortina de humo e intereses" sobre los problemas reales entendió la hoja de ruta del lehendakari y la fracasada consulta, cuyo carácter rupturista o secesionista negó. El Tribunal Constitucional la ha prohibido "mintiendo" sobre esos extremos, dijo. "De haberlo sido, EB no la habría apoyado", sostuvo.

Su formación se embarcó en ella para lograr la paz, "no para perdernos en debates que poco o nada importan a los ciudadanos" y que la violencia oculta. Por causa de ella "perdemos oportunidades de hablar de crisis, de precariedad laboral o de servicios sociales", afirmó. Matute admitió que el debate identitario "tapa la realidad más inminente de la crisis que cada vez impacta más sobre la vida de las personas" y apoyó las medidas anunciadas por Ibarretxe, aunque dijo que su formación tiene "matices" sobre ellas.