Pearl Harbor como metáfora
Warren Buffet tiene el encanto que los irlandeses atribuyen a los duendes: es un archimillonario discreto. No se le ve, pero se sabe que está ahí. Este gnomo financiero tan amable acaba de inyectar su proverbial dosis de confianza a contrapié, legendaria en Wall Street, con un cheque de 5.000 millones de dólares directamente al capital de Goldman Sachs. Hay que tener mucho aplomo y confianza en el criterio propio para ignorar la oleada de miedo y poner dinero en un banco de inversión. Por más que Morgan Stanley y Goldman Sachs hayan buscado el burladero de una licencia de banca comercial, lo más probable es que sigan haciendo lo que han hecho hasta ahora, es decir, banca de inversión, con una modesta red de depósitos bancarios. Pero Buffett sigue terne en el principio que tanta riqueza y fama le ha proporcionado: importa la rentabilidad del negocio; las modas y los pánicos son factores secundarios.
Buffett ha hecho algo más que otra jugada de equilibrista. Ha definido de forma concluyente el presente desorden económico mundial como "un Pearl Harbor financiero". Algunos han apostillado a bote pronto cuándo llegará el desembarco en Normandía o si la gravedad de la situación exigirá más de una detonación nuclear. Los navíos hundidos en Pearl Harbor por los cazabombarderos japoneses permanecían anclados, inermes y sin posibilidad de despliegue. ¿Es una metáfora del inmovilismo de la Administración de Bush ante el evidente riesgo que entrañaba la burbuja de activos, el desmadre de los productos estructurados y el apalancamiento financiero? ¿Apunta el Yoda de Omaha contra la política monetaria complaciente de la Reserva Federal aB (antes de Bernanke)?
La metáfora de Buffett intranquiliza, a pesar del optimismo del autor. Pearl Harbor retrotrae a Franklin D. Roosevelt y la recesión de 1929 que sólo se curó del todo tras la II Guerra Mundial. Habrá que recordar, al hilo de la época, que Roosevelt se resistió como gato panza arriba a las recetas keynesianas contra la crisis. Eso sí, cuando las aprobó lo hizo con todas sus consecuencias. Va a resultar que la metáfora de Pearl Harbor va dirigida a Bush.
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