"Queremos saber el fármaco al que responde cada enfermo de esclerosis"
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa que deteriora el sistema nervioso central, produciendo discapacidad y una drástica pérdida de calidad de vida. A falta de encontrar la cura para tratar a las 40.000 personas en España y 400.000 en Europa que la padecen -la mayoría mujeres entre 20 y 40 años-, el reto es mejorar la eficacia de los tratamientos paliativos. A ello se dedicará una red científica europea que coordinará desde la Universidad del País Vasco (UPV) el profesor del departamento de Neurociencias Koen Vandebroeck, quien ayer presentó el proyecto en Bilbao.
Vandebroeck investigará desde su laboratorio en el Parque Tecnológico de Zamudio la genética de las enfermedades raras y autoinmunes y las soluciones farmacológicas para tratarlas. En esa tarea se enmarca la creación de la red UEPHA-MS (las siglas en inglés de Europeos Unidos para el Desarrollo de la Farmacogenomia en Esclerosis Múltiple), cuyo objetivo es "entender las diferentes respuestas a las terapias para la esclerosis múltiple", explica.
"Ahora, las medicinas se recetan sin saber si va a haber respuesta"
"No se conoce qué la causa y se desarrolla además de una manera muy heterogénea. Los medicamentos comercializados retrasan el desarrollo de la patología, pero se puede estimar que sólo el 50% de los pacientes responde a ellos". La medicina personalizada, que adapta los fármacos a la genética de cada paciente, se presenta como la vía para mejorar los tratamientos, recalca: "Se trata de entender esos mecanismos para saber de antemano a qué fármaco va a responder el paciente. Para ello utilizaremos técnicas como el análisis del ADN y las proteínas".
La red, subvencionada con 2,36 millones de euros por la Unión Europea, está formada por nueve equipos científicos de la UPV, la Universidad de Navarra, el Hospital Vall d' Hebron, y diversos centros de Alemania, Holanda, Francia y Rusia, y la empresa vasca Progenika Biopharma, especializada en el desarrollo de chips de ADN para diagnosticar enfermedades. Cada centro aportará sangre de pacientes de su país con las que crear una base de datos de unas 2.000 muestras. Se trabajará con ellas para descubrir los marcadores que revelan qué tipo de tratamiento será efectivo para cada paciente. "Ahora, las medicinas se recetan sin saber si va a haber respuesta, y el médico tarda dos años en determinar si están surtiendo efecto. Eso conlleva efectos secundarios y daño psicológico para los pacientes". Así, el científico espera conseguir "saber de antemano qué pasará para asegurar una terapia alternativa". "En el futuro, podremos contar con una colección de medicinas para que se indique la mejor para cada paciente", predice Koen Vandebroeck.
Además, profundizar sobre los genes y las proteínas implicados en la esclerosis múltiple, podría ayudar a hallar "dianas terapéuticas que sirvan para futuros desarrollos de fármacos" que hagan posible encontrar una cura. Los hallazgos obtenidos, adelanta el científico, se presentarán en 2012 en una conferencia en Bilbao.
La red servirá además para formar a jóvenes investigadores en un área innovadora como la medicina personalizada: once extranjeros se incorporarán al proyecto en Euskadi, y los vascos también podrán aprender en los cursos de verano que se organicen y en estancias en laboratorios de la red.
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