Touriño advierte de que el futuro del puerto coruñés depende del tren

Con una inversión estimada de 1.570 millones de euros, la mitad de capital privado, el Puerto de A Coruña se ha marcado el ambicioso objetivo de intentar aumentar su tráfico en un 36% en cuatro años. La puesta en marcha de la dársena exterior de Punta Langosteira (en Arteixo), una de las obras civiles de mayor envergadura y complejidad en ejecución en el Estado y cuya construcción deberá estar finalizada en tres años, constituye el eje del plan estratégico para el periodo 2009-2013 que la Autoridad Portuaria coruñesa presentó ayer a autoridades políticas y empresarios, en un acto encabezado por el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.

Pero una de las "metas fundamentales" para garantizar el éxito de ese ambicioso programa sigue en el alero: todavía no hay ningún compromiso del Ministerio de Fomento, y menos fecha y financiación, para la imprescindible conexión ferroviaria del futuro puerto exterior coruñés, donde serán derivados, para alejarlos de los muelles ahora anclados en el corazón de la ciudad, el transporte marítimo de mercancías peligrosas o molestas, fundamentalmente petróleos y carbón que alimentan la refinería de Repsol en A Coruña o las centrales térmicas de Unión Fenosa en Meirama (Cerceda) y de Endesa en As Pontes.

El viejo y saturado puerto interior dispone de enlace de tren para mercancías. Pero su extensión en la agreste Punta Langosteira, a unos siete kilómetros del centro de A Coruña, sólo tiene garantizado de momento conexión terrestre, un vial con acceso a la Autovía del Noroeste que ya tramita el Ministerio de Fomento (se están redactando el estudio informativo). Conseguir del departamento que dirige Magdalena Álvarez un enlace ferroviario con la futura dársena coruñesa sigue siendo "una meta fundamental" y prioritaria, destacó ayer el presidente de la Autoridad Portuaria, Macario Fernández. "Es un objetivo inexcusable" lograr esa inversión pública, abundó Touriño, "porque no vamos a realizar este esfuerzo extraordinario de anticipación", como es este plan estratégico de inversiones y acciones para el puerto coruñés, "sin tener garantizada su conexión ferroviaria". Un enlace de tan sólo 6,8 kilómetros de longitud cuya construcción costaría 89,5 millones de euros, según el proyecto económico que, con ánimo de agilizar el compromiso de Fomento, ya redactó la propia Autoridad Portuaria.

La enorme oportunidad de negocio que representa el futuro puerto exterior, cuya construcción prevista para septiembre de 2011 avanza sin apenas retrasos, destacó Fernández, no sólo permitirá impulsar un crecimiento ahora bloqueado por falta de espacio de uno de los puertos más importantes del noroeste español, sino que transformará la propia ciudad de A Coruña.

El desvío del desembarco de mercancías a Punta Langosteira permitirá liberar miles de metros cuadrados en el centro de A Coruña para usos residenciales, públicos y zonas verdes. Una operación que comenzará en las próximas semanas, anunció el presidente de la Autoridad Portuaria, con la desafección del muelle Batería, a la entrada del puerto actual. De la iniciativa privada, los responsables portuarios demandan su implicación en mejorar las infraestructuras e instalaciones, así como en zonas logísticas del entorno de las dos dársenas. En el entorno de Punta Langosteira, y con ánimo de captar nuevos clientes, el puerto estima necesario habilitar ocho millones de metros cuadrados de suelo industrial. Otro de los pilares del plan estratégico es reducir la contaminación que provocan las actividades portuarias dentro de un modelo definido como de "crecimiento sostenible".