Cálido Antonio, frío Basagoiti

Trabajador, frío, listo, tramposo, buen jefe, enredador, cercano, demagogo, honesto, osado... Son algunos adjetivos a los que cinco ediles de Bilbao han recurrido a la hora de trazar el perfil de Antonio Basagoiti. El presidente del Partido Popular vasco cesará el próximo viernes, una vez finalice el pleno que se celebra ese día, como concejal del Ayuntamiento de Bilbao, cargo al que accedió tras las elecciones locales de 1995. Se presentó entonces como concejal de a pie a las órdenes de su tía, Ascensión Pastor, a la que sucedió cuatro años después en la portavocía popular. "Le voy a echar de menos, pero no pongas que lo he dicho yo", confiesa uno de sus rivales políticos.

- Iñaki Azkuna (PNV). "Las mayores broncas políticas en este Ayuntamiento las he tenido con Antonio Basagoiti, pero ha habido una cosa buena: nunca nos hemos guardado rencor por la bronca política. Hemos tenido broncas por muchas cosas: Udalbiltza, las víctimas del terrorismo, el concepto de España... Tenemos dos conceptos muy diferentes: él cree en una España unitaria, y yo en una España plurinacional. Pese a todo, hemos aceptado el debate, a veces rudo, tosco, áspero, y hemos mantenido una relación que ha crecido con el paso del tiempo, y eso que nos separa una evidente diferencia de edad: yo podría ser su padre. Antonio ha sido un oponente fuerte, serio, duro, porque es de los que suda la camiseta. Es un gran trabajador, pero en la oposición puede ser el mayor enredador del mundo: tiene una habilidad impresionante para enredar. Dentro del Partido Popular, llegará lejos. Nació en Madrid y acabará en Madrid: ya es barón del PP, es un hombre capacitado, empieza a tener una experiencia y llegará lejos, a ministro o a secretario de Estado".

- Txema Oleaga (PSE-EE). "En lo político, de Antonio Basagoiti destacaría su honestidad en las relaciones. La palabra que da, la mantiene. Jamás juega con malas artes. Nuestras diferencias políticas son enormes, pero nuestra relación es honesta. Antonio ha sufrido una evolución muy importante en el Ayuntamiento. Tras mantener una actitud frontal contra Azkuna, vio que le resultaría imposible acceder a la alcaldía, arrojó esa toalla y adoptó una posición más abierta y dialogante, llegando a pactar acuerdos. En lo personal, compartimos muchas vivencias, unas graciosas, como cuando recibíamos aquellas clases de euskera que el ayuntamiento impartió a los concejales, y otras trágicas, todas las veces que hemos sufrido el acoso del terrorismo. Antonio siempre ha sido de los primeros en llamar para transmitir ánimos. Le deseo mucha suerte en su nueva faceta, aunque le deseo mucha más a Patxi López. ¿Un defecto? No me gusta citar defectos ajenos. Diría que no es la persona que mejor cuenta los chistes, aunque se esfuerza".

- Julia Madrazo (EB). "Llegamos juntos al ayuntamiento, en 1995. Tiene una gran capacidad de aprendizaje y hace buenas lecturas políticas de la actualidad. Es listo, rápido de reflejos, sabe sacarle a casi todo un titular de impacto, emplea frases redondas que llegan. Tengo buena relación con él, pero circunscrita a lo municipal, porque los amigos los tenemos ambos fuera del ayuntamiento. Es muy cercano y accesible en el trato, pero también sabe ser muy frío.

Si tiene que estar una semana en prensa dándote caña, lo estará. Con la operación de Bolueta, se le metió en la cabeza que el PNV se estaba forrando y yo, ejerciendo de cajera, y fue a degüello y nos denunció ante la Fiscalía Anticorrupción, que archivó el caso. Aquello me permitió conocerle, saber cómo funciona. ¿Defectos? Antonio es osado, muy osado. A veces acierta, pero otras muchas patina. No siempre es riguroso con los datos, pero prioriza el trazo grueso, que el titular tenga el mayor cuerpo posible. Le falta rigor".

- Cristina Ruiz (PP). "Como jefe, te estimula en el trabajo. Es muy exigente con sus colaboradores, pero te concede libertad para trabajar y tener iniciativa, lo que te hace ser responsable. Con los años, no ha perdido el entusiasmo por Bilbao, y lo contagia. Es muy versátil, con muchos registros, tanto para los grandes discursos como para hablar de sus problemas con los vecinos de los barrios. En lo personal, es un hombre actual, moderno. Valora mucho a las personas y les hace sentirse importantes. Logra que trabajes casi silbando. Tiene un gran sentido del humor, aunque al principio cuesta entenderlo. En un pleno en que se abordaba una inundación, Ibon Areso se puso a hablar del 'canalillo', a lo que Antonio salta: 'Eso, eso, Areso, explícanos lo del canalillo'. Tiene una faceta un poco irreverente que resulta muy atractiva".

- Ibon Areso (PNV). "En lo personal, Antonio es amable, muy correcto. Es fácil llevarse bien con él. En el plano político, tiene una mentalidad más abierta y es menos talibán que sus predecesores en el PP vasco. Como concejal es listo, tiene ambición política. También tiene defectos, claro. De vez en cuando es tramposo en algunas expresiones y afirmaciones. A veces, dice cosas que no son ciertas, pero él entiende que así hace mejor su labor de desgaste. Por ejemplo, cuando puso el grito en el cielo porque en Bilbao se daban más tarjetas de residente que plazas de aparcamiento hay, acusando al Ayuntamiento de engañar a la ciudadanía. Eso ocurre en todas las ciudades de España, porque la tarjeta de residente no garantiza un aparcamiento sino el no tener que sacar el ticket en la máquina. Él lo sabía, pero tiró de demagogia. Yo entré en el Ayuntamiento en 1991, un mandato antes que él, y hemos tenido varios enfrentamientos, incluso siendo socios de gobierno, en el segundo mandato de Ortuondo, cuando la portavoz del PP era su tía, Ascensión Pastor".