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Columna
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El arco iris de D. Lapierre

Es uno de los autores que más venden en España, desde hace 40 años. Ahora, dentro de muy poco, llega su última creación, le escucharemos por las emisoras de radio y de televisión. La tarea mínima del escritor es componer un libro, la lucha titánica llegó a la hora de encontrar editor y someterse a la ordalía de la promoción.

El año, para la pléyade literaria, comienza con la Feria del Libro, escaparate de ilusiones y vanidades, muestra, muchas veces fugaz de posibles talentos, escaparate, en no pocas ocasiones de falsos valores, de calamina creativa. Vemos elevarse, como cohetes, invenciones carentes de valor, que terminan con una inaudible explosión y desaparecen sin dejar huella. Pienso, con más fe que argumentos, en los auténticos escritores, que no se marchan sin dejar su huella, a menudo póstuma e injusta. Entre nosotros son muy pocas las firmas que renuevan el éxito, incluso con reapariciones decepcionantes, pero ahí está la técnica de la promoción, la entrevista reservada de antemano, la comparecencia en los grandes almacenes, la presentación tumultuaria en amplios locales y los escaparates de las librerías volcados en un solo título, induciendo a la buena gente a pensar que si es así será porque es bueno.

Conozco a este escritor desde hace 40 años, cuando era gran reportero del 'Paris Match'

Hay autores que rara vez defraudan, porque, como los toreros, los futbolistas o los campeones de tenis, tienen que estar demostrando cada día que son los mejores, que su forma y destreza se conservan intactas, para que no descienda la cotización y, diversamente de los atletas, con la obligación de progresar ante la competencia.

Resulta muy familiar para los lectores españoles el nombre de Dominique Lapierre, en parte por su arrolladora simpatía y su denodado esfuerzo para expresarse en nuestra lengua, país que podría considerar segundo, ya que su única hermana, Bernardette, vive aquí, aquí se casó hace mucho tiempo con un español, y ha tenido hijos, uno de los cuales sigue la senda de su tío, Javier Moro, ya en las listas de más vendidos con su libro, Pasión india, que era el cuarto o quinto que publicaba en España, tras el consabido vía crucis.

El postrer libro de Dominique Lapierre aparecerá muy pronto y ya es otro éxito en su tierra: Un arco iris en la noche. Conozco a este escritor desde hace unos 40 años, cuando era gran reportero de Paris Match y yo, unos años, corresponsal de aquella gran revista. Hemos vivido juntos jornadas inolvidables en las Fallas, la Feria sevillana, un imborrable viaje por el Pireo, Atenas, Mikonos y gocé durante varios veranos de su hospitalidad en su residencia provenzal, a espaldas y escondida del bullicioso Saint-Tropez.

Hacia 1966, en compañía de su amigo y colaborador, hace poco fallecido, Larry Collins, se instalaron en Córdoba, para escribir ... O llevarás luto por mí, la historia de El Cordobés, que es también, uno de los mejores, más documentados y desapasionados libros sobre la fiesta de los toros. Los escritores vivían en el hotel y dos contratadas mecanógrafas, en el piso alquilado para trabajar en el libro ocho, diez horas diarias. Me llamaron para que les echara una mano -no las secretarias-, lo que hice con placer. En aquellos días celebró una de ellas su santo y ofrecieron a los jefes una pequeña fiesta. Invitado, también, el cura cordobés que había enseñado a leer a Manuel Benítez, aún con traje talar, como estaba mandado. Era un progre con todas las consecuencias y llevó su guitarra para la ocasión. En homenaje a la festejada entonó un conocido tango, traduciendo la letra a su pobre francés: "Baisez-moi, baisez-moi beaucoup". Para sus regocijados oídos el sacerdote pedía cadenciosamente que realizaran con él el acto sexual. Comprendieron al instante el equívoco y las devastaciones que provocaban los cantautores entre el clero secular.

Este último libro de Dominique Lapierre es la apasionante historia de una población y de la dura lucha, primero de los colonos bóers y luego de los negros nativos lanzados al apartheid, personalizada la epopeya en el aún vivo Nelson Mandela. Tan lejano suceso, en el espacio y en el tema, prende el interés del lector. Lo sé muy bien porque el autor ha tenido la generosidad de pedirme que repasara el estilo de la edición en español, que es bastante buena. Libro sorprendente que nos descubre con nitidez un trozo del planeta. Un gran libro.

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