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Ábalos se desgasta y Romeu-Noguera se hacen hueco

Cristina Vázquez

El partido de los socialistas en Valencia bien podría ser un desafío para los aficionados al sudoku. La elección anoche de los delegados al 11º congreso nacional del PSPV-PSOE, que se celebra a final de mes, se convirtió en un auténtico rompecabezas, con alianzas unas veces naturales y otras extrañas. La ciudad eligió a 41 de los 565 compromisarios (un 7% del total) y repartió sus apoyos entre los cinco aspirantes a la secretaría general del partido. El presidente del PSPV en Valencia, José Luis Ábalos se quedó con 12 delegados. En Orriols, agrupación controlada por Ábalos, lermistas, la Federación de Servicios Públicos de la UGT (FSP-UGT) y partidarios de Francesc Romeu y Ana Noguera se unieron todos y le quitaron un delegado.

El alcalde y diputado Joaquim Puig, gracias a los apoyos de la Federación de Servicios Públicos de UGT (FSP-UGT) y de los lermistas, sumó. El alcalde de Alaquàs, Jorge Alarte, respaldado por el secretario general de Valencia, Rafael Rubio, jugaba, a falta de los resultados definitivos, con entre cinco y seis delegados.

Romeu y Noguera pactaron y consiguieron tres delegados en Russafa en detrimento de la candidatura oficial integrada por Ábalos, FSP-UGT y los lermistas. En Botánico también dieron la vuelta al resultado y el tándem logró cinco delegados, los lermistas consiguieron dos y Alarte, otros dos.

Las seis asambleas -al cierre de esta edición faltaban las votaciones de Marítimo y Benimaclet- arrancaron con un acuerdo previo entre Ábalos, FSP-UGT y los lermistas, que pactaron respetar las mayorías de familia en cada agrupación. Un acuerdo que más tarde saltó en pedazos en algunos colectivos, desgastando a Ábalos y a la FSP-UGT, que obtuvo representación en todas las agrupaciones menos en Benimaclet y en Jesús-Patraix, dominada por el secretario general.

En la agrupación de Botánico se votó una enmienda en contra del cambio de nombre del PSPV. De los 220 militantes acreditados, 208 la suscribieron. Era un clamor.

"Valencia es Beirut", lanzó ayer uno de los miembros del equipo de uno de los aspirantes a la secretaría general. El partido hervía en las horas previas a las asambleas y los pactos del día anterior se rompían o recomponían en función de la composición de listas. O de que tal o cual aspirante presentaba lista alternativa, convencido de que así obtendría más delegados de los que le brindaba la candidatura mayoritaria.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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